La pandemia trajo cambios de hábitos contundentes en los consumidores, principalmente a raíz de estrictas restricciones de movilidad Hubo …
Seguir leyendo //
La Columna Política, De Domingo a Domingo, por Hugo
Grimaldi*
Como le ocurre a todos los gobiernos, la
administración actual suma y resta en el día a día, debido a su manejo aceitado de las cosas de ?la? política, pero no logra
compensar, como lo hace la mayor parte de los países, el devenir con las hasta ahora inconsistentes ?políticas? de mediano y de largo
plazo, que apunten a consolidar la continuidad desde el punto de vista institucional y, por ende, aseguren el progreso. En este plano
de la calidad, es donde hoy las naciones se sacan ventajas irremontables
En el caso del Presidente Néstor Kirchner, la falta de interés por las formas y el excesivo amor por el corto plazo, le desdibujan no
tanto su vertiginoso accionar, que tras la crisis es muy apreciado por la opinión pública, sino precísamente la medida de excelencia
que se necesita para no conformarse sólo con estadísticas económicas rebosantes.
El brete de política exterior en el que se ha metido el Gobierno en el caso Uruguay es un claro ejemplo de los males que se
desprenden, como lamentable efecto dominó, de esa poca calidad que hoy es moneda corriente en la Argentina: baja institucionalidad,
magro ordenamiento social y por ende violencia, poco consenso internacional, por no decir cierto aislamiento, y, por lógica,
inversiones insuficientes.
Para ejemplificar el toma y daca entre el presente y el futuro, la semana fue un muestrario de casos. En primer término, y para
sumarlo en su haber, el Gobierno ha sabido demostrar que está ganando claramente el round contra las expectativas y es más que
probable que cierto deslizamiento en los próximos índices inflacionarios así lo certifiquen. Hasta el tan vapuleado Fondo Monetario
acaba de reconocerlo de la boca para afuera, aunque como un paliativo que no alcanzará, dice, si no se mejoran los deberes fiscales y
no se aprieta más el torniquete monetario.
Como trofeo, Kirchner ya tiene en su cartera una buena porción de acuerdos de precios y paritarias cerradas, casi todos ellos
obtenidos de manera algo trabajosa y algunos otros a sangre y fuego, como en el caso de la carne o de los estatales de ATE. Con ambas
variables prácticamente encorsetadas, es probable que el Presidente saque de la manga en estos días la convocatoria al Consejo del
Salario y un aumento para todos los jubilados, para ponerle así la frutilla del postre a la situación.
Hay una cuestión de timing: o será ahora, tras el cierre de todos los acuerdos, o lo más cerca posible del 25 de mayo, para
incentivar así la presencia popular en la Plaza de Mayo, en un controvertido acto que responde a una movida interna que no se entiende
demasiado por el riesgo que conlleva, si se supone que se encara para apoyar a un presidente que tiene los índices de popularidad más
altos de la historia contemporánea.
Los militantes más comprometidos con la cita ya han mandado miles de mail a diversas bases de datos para invitar gente y dicen que
ya ha respondido afirmativamente una cantidad importante de personas, quienes podrían reunirse ?espontáneamente? en la Plaza a la
salida del Tédeum para escuchar hablar únicamente a Kirchner, quien ese día cumplirá tres años al frente del gobierno.
Probablemente, desde esta misma semana el Presidente incentive sus visitas a varios distritos para abonar el terreno que asegure la
convocatoria, aunque si algo se desecha por ahora, es el traslado masivo de militantes en micros, para no dar idea de que el acto es
?más de lo mismo. Kirchner quedó escaldado el 1 de marzo en el Congreso, tras el papelón de un supuesto acto de apoyo a la reelección
que apenas llevó a 5 mil personas.
Desde el lado del debe, varios hechos de la semana retrotrajeron la memoria a la década del 90, maldita para muchos en el propio
Gobierno, pero olvidada a la hora de repetir procedimientos. La administración menemista fue la referencia obligada para comparar la
permanencia del secretario de Agricultura, Miguel Campos en su puesto, pese al procesamiento judicial al que fue sometido el
funcionario por una sospechosa discrecionalidad en la asignación de la cuota Hilton.
Según el Jefe de Gabinete, habrá que esperar la confirmación de la Cámara, tiempo que, en todo caso, podría haber trascurrido en
medio de un oportuno pedido de licencia, sobre todo porque el secretario ha sido notoriamente marginado de decisiones claves que
maneja su segundo, Javier de Urquiza, como la negociación con la cadena cárnica, y porque ahora ha sido vuelto a poner en la picota en
otro sonado caso.
En esta oportunidad, se trata de la polémica Resolución 71, que firmó Campos en febrero, que suspende plazos para permitir que una
empresa estadounidense avance con menos trabas en el desarrollo de un gen de maíz, cuya propiedad intelectual no estaría en
condiciones de justificar, frente a otra, de origen suizo, que desde hace años estudia la cuestión ciñéndose a las reglas y que,
además, puede probar que compró la patente.
Quizás este caso, la primera gran colisión de un funcionario con la Justicia en la actual administración, debería haber merecido
otro tratamiento, al menos para guardar las formas y para evitar que ciertas plumas, que le dan pena al Presidente por su ?poco nivel
intelectual, poco nivel investigativo y el poco acompañamiento con la verdad?, comparen la situación con otros tiempos. Aunque, dicho
sea de paso, la investigación resulta hoy más difícil que por entonces para el periodismo, debido a la manifiesta cerrazón informativa
de casi todo el Gobierno.
Sin embargo, los archivos aún están disponibles para rememorar fotos de aquel noventismo empresario y sus protagonistas y hay
muchas similares a una de esta semana. En esta ocasión, alrededor de la mesa presidencial, se lo observa al vituperado Franco Macri, a
quien el Gobierno le retiró la concesión del Correo, y al constructor Benito Roggio, ambos sentados a la derecha del Presidente en
momentos de la adjudicación del Belgrano Cargas.
La escena no lo registró, pero en la reunión también estuvieron presentes Hugo Moyano, un hombre clave en el negocio del transporte
de cargas por camión, cuya presencia en la sociedad se espera que no sirva para cartelizar los fletes, y el ferroviario José Pedraza,
quien justamente ese día fue embargado en 50 millones de pesos por desvíos de fondos en su gremio.
Todos ellos, junto a una empresa china que proveerá locomotoras, aunque no se sabe todavía a qué precio, enmarañados como son los
costos cuando de trata de créditos de los países para facilitar sus propias exportaciones, serán socios en la nueva conducción de tan
estratégico tren y han sido favorecidos con millonarios subsidios oficiales para que lo pongan a andar.
Por último, y como ejemplo de una mirada más puesta en la conveniencia interna que en el interés externo, está el caso Uruguay, el
que se ha dejado avanzar sin lograr desactivar los cortes de rutas, mientras las fábricas se siguen construyendo. También el diálogo
con el país vecino se terminó de degradar y la cosa se ha enmarañado de tal forma que la pretensión argentina de mantener el
conflicto como algo bilateral se ha salido de madre, por flagrantes errores derivados de pulsaciones enfervorizadas, que nunca
debieron reemplazar a la cabeza fría de la diplomacia.
Ahora, resulta que en el problema no sólo están Uruguay, las empresas y el Banco Mundial, como al principio, sino también los
gobiernos de Finlandia, España, la Unión Europea, Brasil y el resto del Mercosur. Con sus viajes y sus mano a mano, el presidente
Tabaré Vázquez fogoneó la propagación y nadie desde Buenos Aires atinó a parar la ofensiva, quizás porque en el fondo no se cree
demasiado que a la Argentina le asiste la razón plena en el problema.
Los intentos son tibios y sólo se confía en ir con la fuerza de la razón al Tribunal de La Haya, que llevará el proceso a la larga
con muchas chances de perderlo todo. Tampoco a la oposición política en la Argentina se le ha caído una sola idea para presentar una
alternativa de acercamiento, mientras que sólo se han abierto canales informales de diálogo que involucran a la Iglesia, a los
sindicatos (Hugo Moyano y compañía viajarán a Montevideo el lunes) y a terceros gobiernos como, aunque se empeñen en negarlo, al
presidente Lula da Silva.
Precísamente, Lula y el presidente argentino se verán las caras el martes por la noche en San Pablo en una bilateral que viene
fuerte, ya que Brasil no quiere ser acusado en el futuro de ser contaminante de las aguas de los ríos que bajan hacia el Plata, ya que
tiene varios proyectos de plantas similares en carpeta y algunos con empresas finlandesas. Al fin y al cabo, Kirchner no es culpable
de que, desde hace 30 años, crezcan los bosques de pinos y eucaliptos en Brasil y Uruguay y que otros gobernantes de mira corta en la
Argentina, hayan desechado por entonces ese tipo de proyectos.
—
* Por gentileza de Hugo E.Grimaldi, director periodístico de la Agencia DyN (Diarios y Noticias, de la Argentina), reproducimos su
columna De Domingo a Domingo, correspondiente al domingo 23 de abril de 2006.
Cada fin de semana esta columna aparece en medios destacados de la Argentina, como La Gaceta, de Tucumán; la Nueva Provincia, de Bahía
Blanca; La Capital, de Mar del Plata; La Calle, de Concepción de Uruguay o El Diario, de Olavarría.
La pandemia trajo cambios de hábitos contundentes en los consumidores, principalmente a raíz de estrictas restricciones de movilidad Hubo …
Seguir leyendo //Con la Navidad en puerta, todo el mundo se prepara para el gran día Teniendo en cuenta que las …
Seguir leyendo //Molinos Río de la Plata apoya sus planes de crecimiento y transformación digital con tecnología SAP La reconocida compañía …
Seguir leyendo //La industria del software vivió su jornada de celebración en la 16ta edición de los Premios Sadosky, la iniciativa …
Seguir leyendo //