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Seguir leyendo //Colectando Sol es una iniciativa que fomenta la cultura solar en Argentina. Entre otras actividades, realizan talleres donde los asistentes crean sus propios equipos solares con materiales accesibles. En 2015 fueron uno de los ganadores de Incuba Diseño y desde marzo de 2016 son una empresa b certificada.
La oficina de Colectando Sol en el Centro Metropolitano de Diseño es un santuario al sol: cargadores, hornos y luces, todos solares; se mezclan con un grupo humano que impulsa la cultura solar en consultorías, eventos, capacitaciones y talleres sobre diferentes temáticas.
Muchos de los dispositivos que nacen en los talleres luego son instalados en comunidades, instituciones o proyectos sociales de provincias como Santiago del Estero o Buenos Aires: “Son proyectos que van surgiendo. Siempre supimos que nos gustaba la energía solar, así como aportar a la sociedad y al medio ambiente. Sobre eso, fuimos desarrollando propuestas comerciales hacia el público y las empresas” manifestó, Leandro Magri, ingeniero químico y fundador del proyecto, en una entrevista exclusiva con Portinos.
– ¿Cómo nace tu interés por la energía solar?
– Mi interés nace desde la curiosidad. Estudié ingeniería química y durante toda la carrera me interesaron las energías renovables. También escribí artículos, en un principio como hobbista pleno, para algunos medios especializados como Sustentator. Hace tres años, tomé la decisión de dedicarme a tiempo completo a un emprendimiento basado en energía solar y así nació Colectando Sol.
– ¿Cómo formaste tu equipo?
– Comencé trabajando con un amigo mío de la vida y después se fue sumando gente de diferentes lados como alumnos que participaron de los cursos y otros amigos. Cuando hice una maestría en energías renovables, conocí a muchas personas que hoy está vinculadas a Colectando Sol.
– Su mayor foco está en los talleres mensuales ¿Cómo son?
– Enseñamos sobre energía solar de forma práctica. Mientras el alumno aprende, trabaja con sus propias manos auto fabricando los dispositivos. Usamos materiales accesibles desde lo local, para que la gente lo pueda replicar en su casa. Algunas cosas vienen del exterior, pero son fáciles de conseguir localmente. Nada es retorcido.
– A partir de todas estas experiencias, ¿dónde sentís que está la cultura solar en argentina?
– Primero que nada hay muchísimo, muchísimo, muchísimo por hacer; pero de a poco la gente se va interiorizando más. Hay mucho que se desconoce todavía. Cuándo a cualquiera le preguntas sobre energía solar, conoce sólo sobre paneles, de las otras tecnologías no sabe demasiado. Eso significa que hay una barrera de entrada para todo el ecosistema de la energía solar.
– Además hay muchos concepciones instaladas que no son verdaderas…
– Si, eso forma parte del desconocimiento general. Más allá de estas cuestiones culturales y de falta de difusión, sucesos como el aumento de las tarifas de energía empiezan a motivar más a la gente hacia la energía solar.
– ¿Cuáles son las mayores inquietudes de los alumnos?
– Lo primero que plantea cualquiera es: quiero independizarme por completo de la red eléctrica o quiero poner un panelcito en mi casa y alimentarla por completo. Eso es un concepto erroneo, porque con un panelcito es muy difícil alimentar toda una casa, no alcanza. El problema surge por desconocimiento de energía solar y porque la gente no tiene cuantificado realmente cuánta energía consume. El consumo de energía eléctrica es menos palpable que el de agua, sobre todo si uno no tiene la cultura de seguir los consumos mes a mes o bimestre a bimestre.
– Sin embargo, las generaciones más jóvenes se están acercando más a la cultura sustentable…
– Claramente. Un 40% de los participantes de nuestros cursos son chicos de 25 a 35 años aproximadamente. Este grupo etario tiene mucho interés por los proyectos sociales o por implementar los equipos en su casa o en un ámbito profesional.
– En tu charla Tedx hablas sobre una revolución en la que el consumidor también se convierte en generador. ¿Podes contarme un poco más sobre eso?
– Si, en la charla hablaba sobre una verdadera revolución solar, que implica que cada uno de nosotros pueda tener paneles instalados en sus casas y con la energía que producen pueda alimentar a otros hogares, a través de la red eléctrica que ahora nos innterconecta en un sentido unidireccional. Esto puede generar ahorros del consumo total eléctrico del 20% o más .
– ¿Este sistema ya está aplicado en alguna parte del mundo?
– El país pionero es Alemania. Otros países como Italia, Grecia, España, Portugal y Dinamarca también están en el tema así como Chile, Uruguay y Brasil. Argentina se va sumando de a poco, con algunas provincias como San Luis, Mendoza, Santa fe y San Juan.
– Llegaron al CMD gracias a IncuBA Diseño. ¿Cómo fue la experiencia?
– Me enteré de la propuesta porque en ese momento, comenzamos a dar nuestros talleres acá. El proyecto es muy bueno porque se genera una red donde todos empujamos para el mismo lado.
– ¿Cuáles son sus objetivos a mediano y largo plazo?
– Queremos llegar a más gente y realizar capacitaciones online sobre algunas temáticas concretas. También estamos trabajando en el desarrollo de dispositivos como cargadores de celulares solares o calentadores solares de agua para ambientes comunitarios. Buscamos generar más conciencia a través de las empresas o los municipios.
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