Investigará colinas y cráteres en busca de agua y otros aspectos que sirvan de base a futuras misiones humanas al planeta rojo
La sonda Phoenix amartizó exitosamente y comenzó a enviar nitidas imágenes del suelo marciano y de si misma en esa superficie.
Luego de tres meses de travesía desde la Tierra y tras viajar 422 millones de millas, Phoenix llegó a la zona nor polar del planeta rojo.
Aunque la sonda no refleja vestigios de agua o hielo en esa superficie, el solo hecho de haber llegado al punto deseado es todo un éxito, declaró Peter Smith, de la University of Arizona, Tucson, investigador principal de la misión Phoenix.
Las primeras señales de radio que confirmaron el descenso exitoso se recibieron 15 minutos después de que la nave se posó en el suelo marciano.
Las señales confirmaron que la nave habría sobrepasado las dificilísimas condiciones del descenso y su instrumental respondía adecuadamente.
Hasta un minuto después de tocar suelo, Phoenix transmitió señales al laboratorio de Pasadena y luego utilizó sus baterias para desplegar sus brazos y otros dispositivos robóticos.
Viendo estas imágenes y el exitoso amartizaje -dijo Barry Goldstein, a cargo del proyecto Phoenix- se confirma que hemos pasado 5 años de trabajo en un gran equipo.
