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Seguir leyendo //Nunca antes hablé con Jorge Cohen del atentado a la Embajada de Israel en Argentina, en la que él sobrevivió por un azar que aún no se explica. Nunca antes me animé a tratar esa tarde de dolor inaudito de hace 25 años atrás, en que su oficina del tercer piso se esfumó y él emergió en la vereda por una ventana del edificio dinamitado. Tras 25 años de exigir memoria a las víctimas, esa recordación finalmente llegará el 17 de marzo de cada año.
– “Yo no sé quién me ayudó a salir. Bruce me dijo que fue él; pero no recuerdo nada”.
– ¿Quién es Bruce?
– Ah, ya te vas a ubicar; hay incluso una foto destacada de él llevando en brazos a Lea Kovensky, mi compañera de la embajada, también sobreviviente.
– Ah, sí. Ya sé quien es!
– ¿Sabías que Bruce era oficial del ejército norteamericano?
– Ni remotamente Jorge. Acabo de enterarme. ¿Y qué hacía allí?
– Es curioso Epi, el mundo es un pañuelo. Bruce estaba integrando una misión americana que por esos días visitaba Buenos Aires. Él era veterano de la armada que había participado en varios conflictos y me dijo que cuando oyó la explosión entendió que era grave y que debía acudir por si podía ayudar… Fue un fotógrafo de Gente el que lo retrató en esa imagen saliendo de los escombros con Lea en sus brazos. A ella la conocés ¿cierto?
– Sí, Jorge, ella y vos hablaron en la recordación del cuarto de siglo del atentado que se hizo en el CCK a mitad de este año… Y qué fortaleza la de ambos, por no decir qué ovarios y qué huevos para mantenerse enteros y hablar de recordar a los muertos.
– Sí, estoy sin dormir desde hace tres días -me dijo y se le frunció el rostro y nos abrazamos-. A vos te parece que hayan tenido que pasar 25 años para hacer justicia y recordar a los 29 mártires de ese atentado. Yo no tengo memoria de un día en que no haya recordado a esos compañeros muertos.
Jorge se recompuso porque era incomprensible que dos hombres lloraran en medio de la celebración que reinaba esa tarde del primer viernes de diciembre de 2017 en Los Cardales. Sí, celebración, porque estábamos en La Azulada, la quinta que el empresario Carlos Pallotti abre cada primer viernes desde hace 19 años para concelebrar junto a mi amigo, el relacionista público Carlos Mazalán, su amistad con periodistas y empresarios del palo tecnológico. Y allí veníamos encontrándonos con Jorge y decenas de otros grandes periodistas. Era el modo de vivir, comentar, criticar, planear y reeditar las rondas de mate en la explosión de la primavera. Así asistimos a días en que el entorno eran arenas movedizas, como aquel diciembre de 2001. En los celebratorios, como cuando se vertebró el Plan 2020 y la ley de promoción de la industria del software. Celebratorios por partida múltiple porque allí siempre hubo buen asado, empanadas, bueno vino, canciones, juegos y tertulias. Sí, había que recomponerse no fuere que pasara el dueño de casa y nos viera así. Jorge había empezado el diálogo diciéndome que estaba contento.
– Estoy muy contento Epi; sí, muy contento porque después de 25 años y de ir a despachos de diputados, senadores, ministros y presidentes, reclamando por la memoria de mis compañeros muertos, al fin el parlamento aprobó el jueves el proyecto de ley por el cual se declara el 17 de marzo Día de la Memoria por el atentado a la Embajada de Israel.
– Jorge, 17 de marzo es una fecha muy cercana a la otra jornada de la memoria del 24 de marzo…
– Sí, tenés razón; pero son hechos muy distintos. Condenable sin ninguna duda la masacre de la dictadura, pero lo nuestro, lo de la embajada ocurrió en plena democracia, en otro hecho horrendo y de una dimensión absolutamente distinta, que si se uniera a aquella quedaría desdibujadas ambas. Esta es distinta y debe ser recordado como plantea la ley, un día en que las escuelas desarrollen clases que recuerden que la Argentina fue siempre una tierra de inclusión, de diversidad y por ello fue tan monstruoso el atentado, tan bárbaro… Un ataque de afuera contra la nación argentina toda.
Jorge quedó unos instantes tildado, pero su rostro se iluminó y volvió a decir:
– Sí, muy contento Epi porque también esta semana premiaron el documental que vos viste y que hace una recordación del atentado. Ganó el premio del capítulo de documentales de ATVC -la Asociación Argentina de Televisión por Cable-.
– Cómo conseguiste que el proyecto saliera del olvido y lo sancionara el Parlamento.
– Puro azar, Epi. Días después de la recordación del atentado, el pasado 17 de marzo, me toco sentarme al lado del Presidente Mauricio Macri y no pude menos que comentarle que la memoria de las víctimas aún seguía ausente. Me dijo: tiene que hablar con los ministros y legisladores; ellos tienen mi total recomendación. Y fue lo que hice a partir de ese momento y ahora ocurrió.
– ¿Y qué fue de Bruce? ¿Volviste a hablar con él?
– Sí! Bruce vino para el aniversario 25, precisamente porque ese fue un momento imborrable en su vida. Tejió un vínculo muy fuerte con Argentina, sí…
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