Duplicar el plantel científico argentino

Juegos para la 29 Feria de
Ciencias

Boox jugaba al tangram, el antiguo juego chino que permite formar cientos de figuras con
solo siete piezas: un paralelogramo, un cuadrado y cinco
triángulos.

– En el colegio elegimos hacer un trabajo sobre juegos indoamericanos para exponer en la Feria de Ciencias de este año.

– Me fascinan las ferias de ciencia. Y ¿viste el lugar que ocuparon los chicos argentinos este año en la gran feria mundial ISEF, de
Norteamerica? Compitieron junto a 1300 jóvenes de 40 países y dos chicos del Huergo. Ganaron el cuarto premio de trabajos en grupo y
90.000 dolareas cada uno para estudiar ingeniería nada menos que en el Tecnológico de
Monterrey, de México.

– sí, te digo que eso se comentó mucho en el cole. Y más porque de seis proyectos que llevó el grupo argentino, dos fueron premiados
en el área de ingeniería. Nosotras (Boox integra un grupo netamente femenino del Colegio Santa Catalina, de la capital argentina) no
aspiramos a tanto … pero ¿por qué no? Como a todas nos atraen los juegos, pensamos que deberíamos reflexionar un poco sobre los
juegos y cómo fueron en otros tiempos y otras culturas. Pensamos que lo lúdico debe ser rescatado del lugar culposo que le dio nuestra
cultura. Jugar es tan necesario y saludable que, cuando haga mi primera película será un juego… así como tu ceremonia del mate, que
de a momentos me parece un juego, quiero decir lindo…

– Coincido y te digo que ésta es nuestra ronda ceremonial del mate en celebración del año nuevo guaraní que, en estas latitudes
comenzaba con el solsticio de invierno, o sea el 21 de junio. Para los descendientes aymaras (de Bolivia) es el año nuevo 5513 según
el calendario de las primeras naciones -aquellas que poblaban estas tierras a la llegada de los colonizadores-, dije alcanzándole el
primero de la ronda mientras ella cambiaba rápidamente las piezas de tangram creando las formas de un ave.

– ¿5513 años?, dijo Boox. ¿No estarás exagerando? Entonces los guaraníes serían más antiguos que pueblos mucho más evolucionados como
los chinos o las mismas grandes civilizaciones de América, dijo Boox mirando la vasija del mate.

– ¿Porque no? Uno llega tan lejos como sus sueños. Y hablando de sueños y de gente que soñó un futuro, te cuento que elegí para este
encuentro este mate galleta, de calabaza con manija, porque se parece al que usaba San Martín, según se exhibe en el Museo Histórico
Nacional. Días atrás volví al museo para contemplar esa pieza y la matera del general, una obra única por lo austera, como él, y bella
por su diseño…

– Epi, ¿Volviste al museo para embobarte con la matera de San Martín?

– Ni más ni menos… aunque no lo llamaría embobarme sino deleitarme con esa armonía de la oscura madera transformada en caja matera.
Imagino al General pasando su mano cotidiana sobre esa caja de cedro con filetes de madera negra, el braserito pequeño, el yesquero
(encendedor o chispero).

– Y seguro que volviste a mirar el cuadro que pintó su hija, su modesta habitación y su cama de hierro, la mesa de luz, su lavatorio
¿cierto?

– Cuando miro esas antiguedades, siempre veo tecnologías y siempre veo la mano del hombre. Y trato de indagar su historia. Al menos
esos son juegos posibles: los de la imaginación. Y al ver la matera de San Martín pienso cuanto de simple hay en esa caja que habrá
acompañado tantas cavilaciones de ese hombre que fue tan grande. Lo imagino en esa obra de ingeniería fantástica que fue el Cruce de
los Andes. Lo imagino en Boulogne Sur Mer, décadas después, abriendo esa mínima evocación de ceremonias de su infancia. Aquella niñez
tan breve en Yapeyú, el centro de la confluencia hispana y de la nación guaraní, en ese costado del río Uruguay -urugua-í, río de los
pájaros pintados, en guaraní-. Acaso sintiendo aún la tibieza de Rosa Guarú, la ayudante guaraní de su madre y su maestra de mate…

– Epi -dijo entregándome el mate- pará de volar. ¿Te sigo contando lo que planeamos para Feria de Ciencias?

– No es que vuele. San Martín supo dar un paso al costado cuando el debate político llevaba a la guerra civil. Pero rescato de él que
tenía un sueño. Como ustedes que llevan su proyecto a la Feria de Ciencias o el abarcador de tus planes y el de otros jóvenes, un plan
que propone tener el doble de científicos ¿te cuento?

– Sí, por favor.

– hace pocos días se dio a conocer un plan del gobierno argentino para duplicar en diez años el plantel científico nacional. Cumplir
las metas propuestas requerirá el ingreso en el sistema
científico-tecnológico de 36.000 nuevos investigadores y técnicos, con una inversión que, para 2015, debería alcanzar los 5691
millones de pesos. ¿De dónde saldrán esos científicos? a partir de acciones como las de ustedes… mirando alrededor y diseñando
soluciones. De esos chicos que ganaron en ISEF…

– ¿te gusta mi pato tangram sirirí?, dice Boox entregándome el mate galleta. Al fin no te conté nuestra idea para feria de ciencias…
a veces pensamos que es tan dificil coordinar ideas, armonizar tiempos, darle forma creativa, jugar con la idea de los juegos
precisamente y luego soportar las críticas…

– Acaso allí esté el atractivo de la vida. Por ejemplo: ayer me llegó un e-mail súper aleccionador mientras leía una frase que dice:
“El hombre que se levanta es aún más grande que el que no ha caído”, de la escritora española Concepción Arenal. Era un e-mail de
Agustina Guerrero. Aunque ella está lejos de este recodo austral, porque desde hace un par de años vive en San Diego, California, el
e-mail nos mantiene en contacto. Incluso para concelebrar su cumpleaños. Y ocurrió que todos fuimos a su fiesta allá en San Diego. Y
nos volvimos con este presente que ella nos entregó con estas palabras: “Vale la pena!!! Verlo y escucharlo. Hace click en: voluntad y el objetivo claro. Recomendación muy
importante: poner parlantes porque el sonido es un 80% del tema”.

Permíntanme compartir el regalo de ver ese video y, Gracias por la ronda.

epifanio@portinos.com.ar