DataFactory mira hacia Parque Patricios

Su gran habilidad fue dar valor supremo al dato deportivo. Ernesto Cambursano nació hace 44 años en Crespo, Entre Ríos y llegó a fin de los 90 a Buenos Aires. En Clarín colaboró en deportes y luego estuvo a cargo de los contenidos en la naciente web de ese diario. Y de allí fue el salto -por entonces él lo creía así- a El Sitio, también como responsable de contenidos. Una lento tránsito hasta crear el emporio del dato: DataFactory, que ahora erige su edificio en el Distrito Tecnológico, en Parque Patricios, Buenos Aires. 

Portinos: ¿Formabas parte de esos grupos que motivaban su creatividad subiendo y bajando -doce en torno a una mesa redonda- en el gran montacargas de ese edificio frente a Puerto Madero?

Ernesto Cambursano: Sí, ahí me hicieron la entrevista de admisión. Entré con mil planes en la cabeza y poco a poco se iban desinflando. Veía que se gastaba mucho dinero, al pepe pero mucho y que se note.Hoy El Sitio y StarMedia son casos de estudio en las grandes universidades americanas, de cómo gastar plata mal en marketing. El marketing era muy bueno y convencían a la gente de que El Sitio era -tu lugar en Internet- y, StarMedia -un mundo nuevo-, que te invitaba a ir. Y de cada cien personas que visitaban estos sitios, solo una iba una segunda vez…

¿Por qué no volvía? porque esa experiencia de un mundo nuevo que esperaba encontrar era un portal con una página html y una foto. Ese era todo el contenido.

– ¿No pensaste igual cuando entraste?

– Sí y me decía: ya lo mejoraré. No pude mejorar nada; no pude cambiar nada y todos los problemas que identifiqué siguieron estando cuando me fui porque no había interés en resolverlos.

– ¡Qué frustración! ¿Cierto?

– Sí, en esa época éramos un grupo de jóvenes periodistas que creían que estaban cambiando el mundo y yo les decía: esperen que cuando las grandes redacciones entren en este mercado allí será el cambio. Y eso sucedió cuando entraron los grandes editores de los diarios a ocuparse de Internet y se produjo la convergencia, ahí verdaderamente comenzó el cambio.

– ¿Y cómo era eso de gastar mucho?

– Sí, el asunto era gastar mucha guita e ir pronto a otra ronda de inversión y conseguir más plata. Gastar mucho y hacer notar que se gastaba.

– Era una cualidad de la burbuja punto com ¿cierto?

– Totalmente. Cuando entré a El Sitio eran 400. Llegamos a ser 800, después 400 y cuando me fui apenas quedábamos 200…

– ¿Qué hiciste entonces?

– Me fui a EEUU a hacer un curso para abrir más la cabeza. Me fui teniendo tres ofertas de trabajo, una más tentadora que la otra.

– ¿Y cuál tomaste?

– Ninguna. Cuando me fui estaba Machinea y días después asume López Murphycomo ministro de Economía. Luego cae López Murphy y asume Cavallo y pronto todo se fue desbarrancando. Al poco tiempo estaba despedido sin haber sido contratado.

– ¿Entonces?

– La verdad que volví un poco asustado porque esta cuestión de la economía coincidía con el desinfle definitivo de la burbuja de Internet. Era febrero del 2002 y decidí crear algo en lo que nos ocupáramos con mi mujer y un par de amigos sin trabajo, así nació DataFactory.

– ¿Una factoría de datos deportivos?

– No inicialmente. De comienzo hacíamos una suerte de guía de TV que vendíamos a algunos canales de cable. Si bien tenía el concepto del dato como commoditie, al cual cada medio le agregaba su propio valor, me faltaba cerrar el concepto de universalidad.

– ¿equivale a decir qué cosa ..?

– Que un dato sea valioso tanto cerca como más allá. O sea: tanto en la Argentina como en el exterior y eso está en el deporte. Nada es tan universal como el deporte. Interesa a públicos de todas las latitudes.

– ¿Cuándo llegaste a esa conclusión?

– Hacia fines de 2003 comenzamos a ocuparnos del dato de fútbol. Paulatinamente se fueron sumando los otros deportes de gran atracción y luego los juegos olímpicos y los mundiales.

– ¿cuántas personas suman en DataFactory?

– Unos 50 en la Argentina y otros 30 en latinoamérica. Y para ser más eficaces y profesionales estamos certificando ISO 9001.

– ¿Quienes de tus competidores te quitan el sueño?

– Ninguno. Somos los fuertes; pero ellos tiene espaldas anchas en la tribuna mundial. Competimos con Stats, de EEUU; tenemos una relación de amor/odio con Opto, del Reino Unido.

– ¿Qué detalle de tecnología innovadora tienen los servicios de DataFactory como para estar en esta pelea mundial?

– Nuestro valor está en el dato. Y sobre el dato buscamos la inmediatez y la carga automática del dato. Te explico: cada uno de nuestros servicios es la suma, la convergencia de 80 planillas excels separadas que crean la posición global.

– ¿Cuánta gente está volcada para a cada partido para cargar esas 80 planillas de las que hablás y qué sucede con los encuentros internacionales? ¿Cuántos viajan para lograr esa cobertura?

– No más de tres personas son las que realizan la carga de esos datos. No viajamos. Tenemos gente en toda latinoamérica que carga esos datos. Siempre hay tres personas mirando cada partido.

– ¿Qué saben esas personas de predecesores que sentaron las bases para la riqueza y solidez del dato -pienso en seres como Sabatarelli, Paenza ..?

– No mucho… Estábamos en contacto con Juan José Lujambio para expresarle nuestro reconocimiento. Teníamos preparado un acto, la entrega de una plaqueta y una semana antes nos notificaron de su fallecimiento… Ahora estamos en contacto con estadígrafos del deporte que escriben para Clarín, Olé, como Fernando Niembro.

– ¿Tienen alguna forma de cambiar las estadísticas de Huracán ahora que planean establecerse en el Distrito Tecnológico de Parque Patricios?

– Mucho nos gustaría. Siento un afecto entrañable por Parque Patricios. Viví muchos años en Matheu y Brasil, en un piso 13 desde el cual veía el Río (de la Plata).

– O sea que, además de las bondades impositivas y crediticias que provee el Distrito Tech, también hay nostalgia del barrio…

– Siempre me gustó Parque Patricios y fijate que el barrio ha vivido una larga evolución. Tiene relacíón con el ecosistema, porque es valiosa la arboleda delineando el trazado de sus calles y parques; porque encontrás gente muy rica, con mucha experiencia. Hay una net social muy propia de Parque Patricios.

– Y ¿no temés que la vecindad con gigantes mundiales como Tata, Google, sean una amenaza de quedarse con tu capital humano?

– Tenemos súper tranquilos en ese punto porque tenemos una gran retención humana. Y, en general, incorporamos gente de las empresas grandes que está dispuesta a ganar un poco menos, pero a trabajar a gusto. No veo que el amontonamiento de empresas sea un problema. Y sí creo que se generará cierta sinergia.

– ¿Sos partidario de este tipo de concentraciones, clúster o parques tecnológicos..?

– Es relativo. En Estados Unidos hay grandes empresas que tienen su sede en pueblitos perdidos del interior y que gracias a la vinculación que provee Internet está íntimamente entrelazada. Nos sucedió a nosotros que tenemos seis personas en Brasil y que nos conocimos cubriendo algunos partidos y ellos a su vez trajeron a otros colaboradores y mantenemos con todos una estrecha relación. De vuelta, creemos que la interacción se da no por la vecindad sino porque hay intereses comunes.

– ¿Entonces la razón determinante para asentarse en el Distrito es la promoción impositiva?

– Eso por un lado, pero también tiene que ver con la seguridad y con la menor distancia o facilidad para llegar al trabajo o para gestionar ante los organismos públicos. Tiene que ver con la colaboración y con el relacionamiento de la empresa con la comunidad. Te digo que una de las razones fuertes que nos deciden a establecernos en el Distrito pasa por estos temas de relacionamiento puntuales. Pero después, generar clúster, no sé. Un clúster tiene que ver con empresas muy similares. Nosotros podríamos integrar un clúster con empresas de contenido.

Acerca del tema impositivo, para las empresas integradoras de hardware, la legislación de promoción de la ciudad puede generarle beneficios mayores que para el tipo de empresas de servicios que nosotros integramos. Nuestro mayor gasto está en recursos humanos y no tenemos una facturación enorme a nuestra ganancia. En nuestras empresas hay muchos meses en que la utilidad es cero porque invertiste un montón y los beneficios por exenciones en ingresos brutos no cambian la ecuación. Los cambios en temas inflacionarios o convenios laborales impactan mucho más.

– Entonces ¿cómo van a ser las instalaciones?

– Estamos haciendo un edificio de tres plantas en Iguazú y José C Paz, con el arquitecto Juan Pablo Bianchi. El edificio es como un triangulito -y fue todo un desafío lidiar con el FOT (la cantidad de metros cuadrados que podés construir con el terreno)y el FOS (la cantidad de terreno que podés usar, en general se obliga a dejar espacios libres). El FOT es de 1,5 y sobre un terreno de 440 m2 solo podemos construir hasta 660 m2. El FOS es 0,6 por lo que hay dejar bastante espacio libre: vamos a dejar la planta baja libre. El primero y segundo piso serán una gran ele y el tercero -se nos acaó el FOT y son 150 m2- con oficinas en los extremos, un espacio libre y dos grandes terrazas.

– Será un gran contraste con esta vecindad abierta de este gran taller donde ahora funciona DataFactory…

– Queremos sentirnos cómodos porque es el lugar donde pasamos la mayor parte de nuestro tiempo y es clave sentirnos a gusto para seguir tener la retención que tenemos.

– ¿costos de la obra?

– Un millón de dólares, me dicen los expertos. Escucho la cifra y me tiemblan las rodillas. Lo que da un costo arriba de los mil dólares el metro cuadrado. La verdad esperamos gastar menos, buscándole la vuelta de hacer oficinas cómodas, pero simples y en lo posible económicas.