La academia promete escuchar a la industria del software

El vínculo entre academia y empresas dio un paso adelante luego de que cinco universidades argentinas y la Cámara del Software y Servicios Informáticos (CESSI) sentaron las bases para trazar un plan de desarrollo académico aplicado a esa industria.

El acuerdo está destinado a elaborar curriculas y carreras que se articulen con las empresas, facilitando la formación de los estudiantes, incluyendo en ello las guías y tutorías para quienes se abocan a la elaboración de sus tesis y tesinas.

El plan está inicialmente en desarrollo entre la CESSI y las universidades de Palermo (UP), Universidad Argentina de la Empresa (UADE), Universidad de Ciencias Empresariales (UCES), la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y la Escuela de Negocios de CAECE.

Está basado en instrumentar metodologías de trabajo en las instituciones educativas que permitan que las tesis de los alumnos se realicen con temas propuestos, colaboración y tutoría de la CESSI y se desarrollen proyectos de investigación conjuntas.

José María Louzao preside la CESSI, cámara que congrega a unas 600 empresas, en forma directa e indirecta -esto es a través de polos, clusters y entidades regionales-, que emplean a unas 250.000 personas en forma directa en la Argentina.

Se estima que unos 2500 profesionales -licenciados e ingenieros- se suman cada año, pero la demanda supera ese número. El número de profesionales podría crecer si se diseñan curriculas que acompañen adecuadamente a los estudiantes.

Representantes de esas casas de estudios acudieron a un encuentro el rector de la Universidad de Palermo, Ricardo Popovsky; el decano de la carrera de ingeniería, Esteban di Tada; Guillermo Sentoni, secretario de investigación y transferencia de la Escuela de Ciencias y Tecnología de la UNSAM; Diego Garraffo, de la facultad de ingeniería de la UADE y empresarios y miembros de la CESSI.

Pablo Iacub, directivo y partícipe de la comisión de educación de la CESSI dijo que se han entrevistado ya con directivos de unas veinte universidades en las que surgieron coincidentes en cooperar con la industria del SSI.

Por su lado, Ricardo Popovsky (UP), resaltó la necesidad de adecuación académica en las carreras informáticas, donde tanto desde el conocimiento como desde la industria se producen cambios muy rápidos.

Señaló que carreras como las de ingeniería fueron sumando cada vez más conocimiento que las fueron transformando paulatinamente en carreras muy largas. Los universitarios -dijo Popovsky- debemos escuchar a la industria; hay que pensar otros caminos.

A su vez, Esteban di Tada, comentó el entusiasmo que le despertó esta iniciativa. Es uno de los caminos para que la Argentina avance en planos como el desarrollo de patentes, hoy en 20 por millón de habitantes, bajo comparado a Brasil, de 40 por millón y con gran acompañamiento estatal y empresario, con continuidad en el tiempo.

Guillermo Santoni señaló el caso en que la UNSAM había ganado la realización de un importante proyecto para la refinería de YPF en Mendoza, pero cuando PetroBras se hizo de esas instalaciones trasladó al exterior su política de que todo proyecto debe tener una pata de participación en universidades brasileñas.

Eso se condice -acotó José María Louzao Andrade- con que Brasil tiene una política sostenida de apoyo a sus instituciones, tanto del gobierno como de su burguesía nacional, algo de que carecemos en la Argentina.

Otros problemas que encuentran tanto las universidades como las empresas es la distinta escala de tiempo que rige a cada una. Mientras en la universidad la investigación y desarrollo (ID) lleva más tiempo, en la industria el paso de ID es time to marke o sea, llegar cuánto antes al mercado con nuevos desarrollos.

Otro problema es que cientos de estudiantes no concluyen sus estudios porque son absorbidos por la industria. Louzao Andrade fue terminante allí al señalar: de ninguna manera aceptamos la contradicción Trabajar o Estudiar. Lo cierto es que ella está y muchos jóvenes enfrentan ese dilema, en la mayoría con una única salida (opinión de Portinos).

Ricardo Popovsky manifestó que la vieja concepción -que se remonta a la Edad Media, dijo- de universidad útil versus Torre de Marfil, está superada. Del mismo modo -agregó Guillermo Sentoni- que academia versus industria es una pelea que solo se dio y aún se da en la Argentina, mientras en otros países no existe.

Crear nuevas carreras, adecuando sus currículas a la evolución de la industria, quedó como un concepto que parece hermanar a estos centros académicos y empresarios. Incluso se habló del diseño de una plataforma tecnológica que vincule y provea herramientas para problemas que son comunes a la Argentina y Latinoamérica.