De todas maneras, fue en 1910, durante la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Trabajadoras celebrada en Copenhague (Dinamarca), que más de 100 mujeres declararon oficialmente el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Al hablar de estos temas, es ineludible abordar una perspectiva de género. La misma es una categoría analítica que focaliza en las construcciones culturales y sociales de los hombres y las mujeres, lo que identifica lo femenino y lo masculino. Esta perspectiva supone la existencia de una desigual distribución de poder entre géneros en todas las clases sociales y pretende desnaturalizar, desde el punto de vista teórico, el carácter jerárquico atribuido a la relación entre hombres y mujeres.
En un sondeo realizado por el portal de empleos, Trabajando.com, el 56% de las mujeres argentinas quienes participaron en una encuesta de 2.295 personas, dice haber sufrido discriminación en el trabajo.Se entiende como mayor forma de discriminación a las ofertas laborales exclusivas para hombres (en un 35% de los casos). Le sigue en un 30% la poca cantidad de mujeres en cargos directivos, un 18% sostiene que los salarios son más bajos y 17% restante denuncia falta de respeto y abusos.

Según este estudio, las tasas de desempleo de las mujeres son más altas que las de los hombres a escala mundial y no se prevén mejoras en los próximos años. La tasa de ocupación laboral de las mujeres es de 45,5%, mientras que en los hombres un 67,3%, según un informe de la OIT.

Estos datos evidencian una clara desigualdad de posibilidades en un mercado laboral que perjudica a las mujeres. Sin embargo, organizaciones internacionales como ONU y UNESCO, ponen en marcha incesantes proyectos para disolver esta situación de iniquidad. A través de entidades internas a estos organismos, como ONU Mujer, se propulsan iniciativas que fortalezcan el acceso de las mujeres a la justicia, y también que se incremente el liderazgo y la participación política de las mismas.

A su vez, la UNESCO fomenta el trabajo de la mujer en el ámbito científico a través de programas como  “La mujer y la ciencia” y el premio L’Oréal-UNESCO que recompensa a más de 64 científicas de 30 países.

En América Latina podemos contar con conquistas palpables. Cuatro mujeres dirigen simultáneamente cuatro países de la región: la brasileña Dilma Rouseff, la argentina Cristina Fernández, la costarricense Laura Chinchilla y la chilena Michelle Bachelet.

Esto representa un verdadero avance en la concepción tan vilipendiada que se tenía de la mujer otrora. Sin embargo, existen todavía en la actualidad nociones estigmatizadas que vinculan a la mujer únicamente con la moda, la belleza estética, el cuidado del cuerpo y el hogar.

En conclusión, se reconoce el logro y la lucha, pero finalmente se habrá alcanzado la reivindicación cuando el rol legítimo de la mujer no sea una excepción a celebrar sino una idea naturalizada.