Las grasas Omega-3 pueden reducir daños causados por la apoplejía
En torno a 15 millones de personas en todo el mundo sufren una apoplejía cada año y el riesgo aumenta con la edad. El derrame isquémico, causado por un bloqueo de los vasos sanguíneos que suministran sangre al cerebro, supone en torno al 87 por ciento de todos los casos. Los investigadores de la Universidad Goethe de Frankfurt, Alemania, exploraron el derrame isquémico en ratones y el impacto de una emulsión de EPA y DHA administrada 90 minutos después, examinando el grado de daño, función celular e inflamación neuronal.
El tratamiento con la emulsión de omega 3 redujo significativamente el área de derrame en un 21 por ciento y redujo la gravedad de la apoplejía en un 50 por ciento. También mejoró significativamente la función celular cerebral y redujo los marcadores de inflamación.
“Este estudio piloto demostró que el DHA y EPA podría ayudar a la temprana intervención médica en apoplejía isquémica”, dijo Gunter Eckert, Ph.D., profesor asociado de farmacología y toxicología en Goethe. “Hay más investigación pendiente y se percibe como prometedora para los ensayos en humanos”
La implicación de DHA en la recuperación de la apoplejía también se exploró por Nicolas Bazan, M.D., Ph.D., profesor y director del Neuroscience Center of Excellence, Louisiana State University Health Sciences Center, New Orleans, EE. UU. DHA fomenta la producción de sustancias especiales que permiten la supervivencia celular bajo un estrés excesivo, neurodegeneración o derrame isquémico.
“Estas sustancias se ven incrementadas por el DHA tras el derrame isquémico en animales, seguido de una destacada recuperación neurológica”, señaló Bazan.
Los beneficios de DHA en la salud cerebral también se han demostrado en humanos. Kathleen Gustafson, Ph.D., profesora asistente de investigación de la University of Kansas Medical Center, Kansas City, EE. UU., y su equipo investigaron el efecto de DHA y el ácido araquidónico (ARA), un omega-6 PUFA, en inhibición de respuesta en un estudio de seguimiento de 54 bebés no prematuros seleccionados aleatoriamente para recibir una fórmula con o sin PUFA desde el nacimiento hasta los 12 meses. En casi 5,5 años, los niños participaron en una tarea de ir/no ir que requería aprendizaje de normas y control inhibitorio. Los niños suplementados respondieron más efectivamente y menos impulsivamente.
“Los datos de este ensayo han demostrado consistentemente ventajas de la suplementación PUFA en la función visual, cardiaca y cognitiva a los seis años”, dijo Gustafson. “Esto sugiere que la suplementación con DHA y ARA tiene un efecto de programación en el cerebro durante un período de desarrollo clínico, que es duradero”.