Análisis de ADN a costos accesibles

Leonardo Valente, un referente en innovación tecnológica que fue invitado a Singularity University, nos brinda un nuevo testimonio de como es la evolución de la tecnología desde el corazón de Silicon Valley. Cuáles son las noticias del futuro, qué ven los jovenes y la óptica de un ingeniero argentino que también aporta su conocimiento.

“Hace más de 25 años que Los Redonditos salieron a decir que “El futuro ya llegó” en su disco “Un Baión…”, y esa es la música de fondo detrás de cada clase de Singularity University, un espacio donde las ideas salen de una revista de ciencia, o un blog de difusión y se materializan en la persona de aquellos que todos los días las llevan adelante. Y sorprende la sencillez con la que anuncian la forma en que cambios que esperamos para los próximos 20 o 30 años están ocurriendo hoy mismo, a sólo un par de millas de este lugar.

Sería imposible desarrollar todos los tópicos en una sola nota, pero quisiera darles una visión pragmática y, por qué no, Latinoamericana (ciertamente este lugar abre la visión respecto de los vecinos…) de cómo y cuándo podremos experimentar algunos de ellos.

Está en los genes

Ciertamente el universo de ciencias relacionadas con la salud ocupa un lugar destacado en la currícula de Singularity, con docentes que alternan la vida universitaria (aquí, y en muchos casos en la vecina Universidad de Stanford) con el desarrollo de nuevas herramientas y procedimientos. Dentro de este conjunto de iniciativas se destacan las que tienen relación con la genética por un lado, y el desarrollo de dispositivos para el monitoreo de parámetros vitales en segundo lugar.

Respecto de la genética, se destaca por sobre todo la disminución más que exponencial del costo de secuenciar el genoma humano, tarea que tomó varios billones de dólares hace menos de veinte años, y para la cual se estima un costo en centavos antes de los próximos diez. A modo de referencia, un estudio genético cuesta hoy en la Argentina unos 4000 dólares, y en muchos casos no comprende la secuencia completa de ADN sino un “escaneo” de aquellos genes relacionados fehacientemente con diferentes enfermedades.

Las consecuencias de este acceso masivo a la información constitutiva de cada persona se vinculan no sólo a la prevención y el tratamiento de las enfermedades, que requiere un conocimiento que escale en la misma proporción para poder converger en una idea acabada de qué significa cada resultado, sino en posibilidades a nivel colectivo, como resultado del análisis masivo de datos (big data), y por qué no las implicancias éticas derivadas de la posibilidad de poder manipular esa información en el futuro, creando nuevos humanos diferentes, o modificando características en los que ya han nacido. La seguridad y privacidad en el uso de la información también es un tema que preocupa, y mucho, a cualquiera que se exponga a estos conocimientos, los formatos en los que se presenta la información y la facilidad con la que ésta puede ser transmitida.

Muchos de nosotros tuvimos la posibilidad de realizar un escaneo muy sencillo, con un costo extremadamente accesible utilizando los kits de la empresa 23AndMe, a través de una muestra de saliva, teniendo la posibilidad de analizar los resultados del mismo con profesionales vinculados a la Universidad, dado que la FDA, entidad reguladora en la materia, suspendió la posibilidad de entregar este tipo de análisis en el territorio estadounidense.

Respecto de los dispositivos de análisis, la búsqueda se orienta fundamentalmente a un equivalente funcional de instrumentos vistos sólo en producciones de ciencia ficción, como el Tricorder utilizado en la saga Viaje a las Estrellas. Una de las empresas que desarrolla este tipo de productos se denomina Scanadu, y varios participantes de Singularity tuvieron la oportunidad de participar en las pruebas de desarrollo de esta herramienta muy sencilla, del tamaño de un celular grande, con la capacidad de realizar de manera muy rápida (sólo segundos) y de manera no invasiva un análisis de temperatura, presión arterial, parámetros cardíacos, e incluso stress e información de la orina, con la posibilidad de enviar los datos en tiempo real a un médico con la capacidad de poder evaluarlos, y establecer a priori la necesidad de abandonar el hogar para una consulta, o tomar un simple reposo.


En próximas entregas les contaré acerca de los desarrollos corrientes en tecnologías vinculadas a la movilidad, inteligencia artificial y energía entre otras, pero no quisiera cerrar esta presentación sin insistir en el parámetro más significativo de la experiencia de Singularity, la posibilidad de ser protagonista de las nuevas tecnologías, el contacto de primera mano, y la posibilidad de entenderlos como una realidad plausible, que sin lugar a dudas estará muy pronto entre nosotros, en nuestro país.

 

Mientras cierro estas líneas, el Dr. Aubey De Grey comparte con el grupo de alumnos e invitados sus reflexiones acerca de la posibilidad de vivir para (casi?) siempre, un tema que se vuelve más interesante en este formato informal e intenso fuera de hora, la tecnología está llegando, será su decisión querer ser protagonista de la misma. Hasta la próxima!”

 

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Epifanio Blanco
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