Columna de opinión de Eyal Burdman* (foto).- Las Mini PC reflejan el resultado de la tendencia que busca combinar alto rendimiento en formato compacto. Esta última característica la ha convertido en un equipo competitivo y adaptable a nuevos usos y entornos.
Gracias a su pequeño tamaño podemos ubicarlas en diferentes ambientes, lo cual es beneficioso para el ámbito corporativo en el que puede ser utilizada en distintos entornos dentro de una misma empresa. Esto implica una simplificación en las tareas para las áreas de servicio de sistemas y de compras, ya que pueden satisfacer con un mismo equipo, necesidades distintas.
Podemos citar el caso de un banco: dentro del mismo, los responsables de sistemas tienen que lidiar a diario con equipos que dan soporte a dispositivos como puestos de consulta, pantallas señalizadoras, smart TV o las típicas PC de escritorio. Todos estos equipos pueden adecuar sus usos por medio de las Mini PC. Uno de sus beneficios radica en la posibilidad de ubicarla en espacios incómodos, por ejemplo, detrás de una pantalla señalizadora o dentro de un reducido espacio en el área de cajeros.
De esta forma, no sólo simplificamos la adaptabilidad, sino que además no resignamos rendimiento porque se trata de tecnología potente, además de ser un equipo con alto poder de procesamiento y con plataforma estable.
Muchas veces, una decisión inteligente puede suplir todas las necesidades y contar con una relación costo-beneficio que favorezca a todos los sectores involucrados. Pequeñas dimensiones no implican falta de potencia: se trata de pequeñas grandes decisiones.
* Eyal Burdman es gerente de ventas corporativas Banghó