Industria y demanda electrónica en Argentina

Image
Un relevamiento del INTI busca tener una fotografía actual del sector y sus
perspectivas


Qué industria electrónica tenemos, qué demanda recibe y cuál podría ser nuestra
apuesta a futuro, tanto local como mundial, es una interesante incógnita para la Argentina de 2007.
Una incógnita que al parecer trata de develar un estudio que el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) realiza estos dìas
con apoyo de la Unión Europea.
Este estudio contempla una inversión total de € 11.664.000: de los cuales € 6.200.000 son aportados por la Unión Europea y € 5.464.000
por el gobierno argentino, a través del INTI.
Pero esos fondos no serán destinados exclusivamente al campo electrónico, ya que forma parte de un proyecto de "Mejora de la
Eficiencia y de la Competitividad de la Economía Argentina", destinado a fortalecer el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas.
Comprende ocho áreas industriasles: telecomunicaciones, microelectrónica, software, madera y derivados, miel, rocas de aplicación,
minerales no metalíferos y la tipificación de quesos.
Una foto de la industria electrónica argentina
De la necesidad de un fotografía que nos aproxime a la realidad de la industria electrónica nacional, habla el contraste de datos que
manejan los sectores interesados.
Por ejemplo: los expertos del INTI creen que en la Argentina existen unas 1200 industrias electrónicas, que ocupan en forma directa a
cerca de 18000 personas.
Se estima que las exportaciones alcanzan 250 millones de dolares y el 70% corresponde a electronica general, aplicaciones médicas y
electronica para la industria automotriz.
En cambio, para CADIEEL, el número de industrias electrónicas es el doble de esa cifra: 2300 empresas y ocupan a 17700 personas en
forma directa y otras dos por cada operario especializado.
Si se la promoviera con una ley más el cumplimiento del compre nacional, el sector podría ocupar a 33000 personas y generar incluso
exportaciones por u$s 1680 millones, se dice en círculos de CADIEEL.
Este contraste de datos indican que necesitan un baño de realidad, porque quizá la industria electrónica argentina pueda ser otra
plantita que bien regada de extraordinarios frutos, como ya ocurre con el software.
El Instituto Nacional de Tecnología Industrial tiene por misión apoyar a la industria con investigación, desarrollo y transferencia de
conocimientos. Además de asesorar al Estado sobre las mejores políticas para el área.
En 2005 el déficit de la balanza comercial de productos electrónicos alcanzó los 3.400 millones de dólares y se prevé que en 2015
llegará a los 11.000 millones anuales -dice una nota de Rubén Cocca, presidente de la Cámara Argentina de Industrias Electrónicas,
Electromecánicas y Luminotécnicas (CADIEEL)-.
En la Argentina somos crecientes demandantes de esos campos, según surge de un dato tangencial: cada habitante produce al año 2 kilos
de chatarra electrónica.
El presente argentino contiene oásis de desarrollo como los satélites o reactores nucleares de INVAP, que bien podrían justificar el
sueño de una industria electrónica nacional extendida en igual excelencia a otros campos.
Desde mediados del siglo pasado hasta el presente hubo numerosos ejemplos de desarrollo electrónico en la Argentina. La mayoría no
pudo sobrevivir el tsunami de los años ´70, ´80 y ´90, pero el sector parece querer renacer ahora.
En vez de centrales de comunicaciones para cien mil líneas, como las que Siemens diseñó y construyó enteramente en Argentina y exportó
en masa a China, acaso puedan hacerse las urnas para voto electrónico o los chips para trazabilidad en haciendas vacunas.
Nada es imposible, sostienen los ingenieros. Esos mismos que dicen que la industria electrónica comienza en una materia prima tan
barata y abundante como la arena y termina en niveles tan complejos como el celular. El tema es definir qué punto de la cadena de
valor queremos ocupar.
Será una encuesta que indague en la realidad, para que las pymes y los graddes sepan qué hay en el país y dónde conseguirlo. Se trata
de tener una buena foto de donde estan, dijo el ingeniero Alberto Nesini, del INTI, al explicar características de este relevamiento
con financiación de la Unión Europea (UE).
¿Por qué la UE apoya este proyecto? Porque busca mejorar la competitividad para tener proveedores idoneos. Por eso se adecuan y
tipifican productos, dijo Nesini en un encuentro realizado en la sede de esa entidad, en Retiro (edificio OSDE).
Se trata de sensibilizar a las pymes para mejorar e incorporar tecnología y conocimiento. Como parte de esta iniciativa han venido
expertos de la UE y se han equipado laboratorios merced a un fondo de 11 millones de euros, 6 de los cuales provienen de la EU.
El INTI quiere relevar la matriz y la demanda de productos y servicios, para ver qué esta usando de electrónica la industria local.
Relevar también qué inversiones están en curso en la industria local. El INTI apoya a las empresas para que hagan negocios.
En base a eso incorporar adaptaciones y poder sustituir importaciones y desarollar productos que pueda demandar el mercado local y ver
qué se puede exportar.
El INTI -dijo Nesini- ofrece una buena gama de servicios a las empresas y esta retomando el camino del desarrollo. Además, el INTI
tiene también la función de recomendar políticas al Estado.
Se esta desarrollando en el INTI un proyecto de circuitos integrados, algo que la Argentina hacía 30 años atrás. No es ningun
imposible.
Acerca de qué considera Industria Electrónica, Nesini puntualizó que comprende investigación aplicada, desarrollo, diseño y
producción.
— Objetivos del Estudio: lograr mayor competitividad, más catalogo de productos, con más calidad y a la vez capacitar al personal
-uno de lo cuellos de botella del presente frente a la creciente demanda de expertos-.
— Conocer también cuáles son las tendencias que caracterizan al campo de la industria electrónica mundial, de modo de comprender
cuál es el marco internacional y encontrar el nicho al que podamos aportar y así desarrollarnos.
— El estudio será realizado por Trends Consulting, una consultora que encabezan el ingeniero Raúl Bauer y el contador Daniel
Marazzo. Y las entrevistas cuentan con un cuestionario especialmente diseñado, que evita puntos sensibles como si la empresa comprende
personal en negro o aspectos de su estrategia competitiva. Está preservada la confidencialidad, según se asegura.
Proyecto INTI – Unión Europea
El impulso electrónico para el futuro argentino
Trends Consulting
Apoyo para PyMEs de la industria del
software

Dejar un comentario