Escribe Bruno Geller – Agencia CyTA-Instituto
Leloir
La transmisión del Chagas disminuyó en Sudamérica, pero persiste de forma significativa en la región
del Gran Chaco. Según el informe de un investigador argentino, en las regiones rurales del Noroeste al menos un 7 u 8 por ciento de la
población padecería esa enfermedad. Expertos locales afirman que se necesita un compromiso del estado nacional y de los estados
provinciales para combatir este mal, que afecta a los más pobres y está desantedido por la industria farmacéutica.
La eliminación de la vinchuca o Triatoma Infestans por su nombre científico, el vector de la enfermedad de Chagas y transmisor del
Trypanosoma cruzi, ha sido un éxito en la mayor parte del territorio Sudamericano. La transmisión de la enfermedad por medio de ese
insecto ha sido interrumpida en Brasil, Chile, Uruguay, regiones de Bolivia y Paraguay y cinco provincias de Argentina: Jujuy,
Neuquén, Río Negro, La Pampa y Entre Ríos.
No obstante, en la región del Gran Chaco del lado argentino, boliviano y paraguayo el número de personas que ha contraído el Mal de
Chagas ha aumentado en los últimos años. En algunas regiones como Los Llanos, en la Provincia de la Rioja, casi el 47 por ciento de
las viviendas rurales estaban infestadas con Triatoma infestans en el 2005, según revela un informe realizado por el doctor David
Gorla, director del Centro Regional de Investigaciones Científicas y Transferencia Tecnológica (CRILAR).
El estudio, publicado en la revista científica brasilera Memorias do Instituto Oswaldo Cruz, se basó en los resultados recogidos
durante 2004 y 2005 por el Programa de Control de Vectores del Ministerio de Salud de la Provincia de la Rioja.
Durante ese período, el riesgo de transmisión del Mal de Chagas en los departamentos de Los Llanos era similar al registrado durante
la década de 1960, antes de que comenzara un programa de control de vectores que logró disminuir la infestación de las casas rurales
por Triatoma infestans de un 50 por ciento a menos de un 20 por ciento en la provincia de la Rioja.
?A partir de mediados de los ´90, cuando la economía nacional empezó a declinar, hasta el 2003, hubo un cambio en las estructuras de
los programas de control de vectores, se pasó de una estructura vertical jerárquica a programas horizontales descentralizados que
resultaron en un progresivo debilitamiento de los mismos?, afirma Gorla quien también es investigador del CONICET y continúa: ?Este
proceso se vio reforzado por la disminución del presupuesto para la salud a nivel nacional y provincial. Por otra parte, en los
departamentos de los Llanos se registra una tremenda pobreza, bajos niveles de educación de la población y una falta de
infraestructura que los hace más vulnerables?.
Gorla destaca que la carencia de infraestructura sanitaria, educativa, caminos y obras hidráulicas son algunas de las problemáticas
que se presentan en esa región. ?En general hay una asociación directa entre nivel de pobreza e infestación de viviendas. Sin embargo,
como fue demostrado en otras regiones de América, se puede resolver el problema de la transmisión vectorial de Chagas aún en regiones
muy pobres?, señala Gorla.
Programa Chagas de la Rioja
Del 2004 al 2005, el Ministerio de Salud de la Rioja aplicó un Programa de Control de Vectores en las viviendas rurales en los
departamentos de Los Llanos situados en la región sudoeste del Gran Chaco. ?El programa consistió en detectar la presencia de Triatoma
infestans en las casas rurales y en las estructuras peridomésticas, como corrales de animales domésticos y depósitos, que suelen ser
lugares que sirven de refugio a esos insectos. También se registraron datos demográficos, epidemiológicos y cantidad y tipo de
ganado?, puntualiza Gorla, quien agrega que ?afortunadamente, el programa continuó?.
De las 4062 viviendas rurales evaluadas, aproximadamente un 47 por ciento presentaban infestación, tanto en su interior, como en las
correspondientes estructuras peridomésticas. Un 27 por ciento de las viviendas tenía vinchucas dentro de los dormitorios y un 39 por
ciento tenía vinchucas en corrales de animales domésticos y depósitos.
?El relevamiento de las viviendas y peridomicilio realizadas por el Dr. Gorla y su grupo del CRILAR merecen el máximo de credibilidad
por la seriedad de la metodología empleada y expresa una realidad extremadamente preocupante: hay localidades en nuestro país, donde
más de la mitad de las viviendas en el amplio sentido del término están expuestos a insectos infestados y a que sus moradores
contraigan la enfermedad de Chagas y eso no es una mera inferencia estadística sino que es la lamentable realidad para muchos
argentinos que ya la padecen?, afirma el doctor Edgardo Schapachnik, Jefe de la Sección Enfermedad de Chagas de la División
Cardiología del Hospital General de Agudos Dr. Cosme Argerich, Buenos Aires, y Ex Director del Consejo Argentino de Enfermedad de
Chagas de la Sociedad Argentina de Cardiología.
?Durante la realización del Programa Chagas de la Rioja, técnicos profesionales rociaron con insecticidas piretroides las viviendas
rurales durante 2004 y 2005. En 2006 se hizo una evaluación de viviendas rociadas en 2004 en el Departamento San Martín (sur de Los
Llanos). De un 40% de viviendas con vinchucas en dormitorios, en 2006 permanecían infestadas un 14%. De un 53% de corrales y depósitos
infestados en 2004, el 43% permanecía infestado?, explica Gorla.
El programa continúa
Si bien el trabajo de Gorla evalúa los resultados del Programa Chagas de la Rioja aplicados entre 2004 y 2005, el programa continúa.
La legislatura de esa provincia aprobó en 2004 una ley que asignó un presupuesto de 2.5 millones de pesos para un programa a 5 años
con el objeto de interrumpir la transmisión vectorial del Mal de Chagas. Con esos recursos se actualizó la infraestructura de recursos
materiales y humanos, se reforzó su capacitación técnica, iniciaron la detección de infectados y los menores de 15 años positivos
detectados están siendo tratados.
?La tarea no está concluida, continúa con desinfestación de viviendas, detección y tratamiento de infectados y educación sanitaria.
Hay problemas aún no resueltos, pero se continúa trabajando sobre ellos. Además, La Rioja es la única provincia de Argentina con
presupuesto específico asignado para Chagas?, indica Gorla.
Los resultados obtenidos por el Programa han sido buenos, sin embargo, Gorla aclara que la evaluación de un programa de control de
vinchucas debe ser hecha en un plazo no menor a 5 años. ?Matar vinchucas es fácil, lo difícil es mantener sin vinchucas a las
viviendas rurales por largos períodos. Esto último no se consiguió en la mayor parte de las regiones rurales del noroeste argentino.
En La Rioja no existen los recursos necesarios para montar un eficiente sistema de vigilancia, que consolide la tarea ya efectuada.
Tampoco existen los recursos necesarios para estudiar a todos los menores de 15 años, para detectar y tratar infectados que podrían
curarse?, comenta el investigador del CONICET.
El mal escondido
Para Gorla, las cifras oficiales sobre la cantidad de personas que padecen Mal de Chagas tienen poca fiabilidad, a veces incluso son
irreales. ?A esa enfermedad se le llama muy adecuadamente ?El Mal Escondido? en una película realizada recientemente. Los afectados o
quienes están en riesgo de contagio por Chagas no tienen voz política, no hacen manifestaciones en Plaza de mayo, ni piquetes en la 9
de Julio. Viven silenciosamente en el interior de la Argentina, tratando de sobrevivir día a día al Chagas, a la desnutrición y al
olvido de las autoridades, los medios de difusión y los habitantes de las grandes urbes?, afirma Gorla.
?En las regiones rurales del Noroeste argentino, no menos de un 7 u 8 por ciento de la población padece esa enfermedad. Al menos eso
es lo que apareció en una muestra de unos 1500 casos estudiados en la región de Los Llanos de La Rioja. Es posible que esa situación
se repita en todo Santiago del Estero, Chaco, Formosa, parte de Tucumán, norte de Santa Fe y este de Salta?, sostiene Gorla.
Schapachnik destaca que ?es un hecho grave que no existan relevamientos poblacionales. Por ejemplo, la posibilidad de conocer
fehacientemente la cantidad de niños de esas regiones que están realmente parasitados por el T. cruzi a través de relevamientos
serológicos al ingreso escolar, no ha sido instrumentado por las autoridades?.
Tratamiento contra el Chagas
Los infectados menores de 15 años reciben drogas con capacidad para matar el parásito que produce la enfermedad. Mientras más temprano
se detecte la infección, más posibilidad de cura tiene el infectado. Las drogas tienen muchas contraindicaciones, de modo que el
tratamiento debe ser estrictamente supervisado por profesionales de la salud, cosa que no ocurre siempre.
?La enfermedad de Chagas esta considerada, junto a la Leishmaniasis y la enfermedad del sueño, una de las enfermedades mas
desatendidas por la industria farmacéutica?, asegura el doctor Andres Mariano Ruiz, Director del Instituto Nacional de Parasitología
“Dr. Mario Fatala Chaben” que depende de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud (ANLIS) Dr. Carlos G.
Malbrán.
Explica Ruiz que ?estas enfermedades afectan principalmente a personas que viven en países en desarrollo, donde no tienen acceso a los
sistemas sanitarios y tampoco dinero para comprar esos medicamentos. La industria farmacéutica las ha ignorado sistemáticamente ya que
no representa un negocio seguro. Es necesario contar con nuevos fármacos, más efectivos y con menos efectos colaterales en el
organismo?.
De acuerdo con este especialista, el desconocimiento no es sólo causa de la realidad socioeconómica de los pacientes, sino que se
encuentra ligado a grandes falencias educativas en los diferentes niveles de formación, incluyendo especialmente a los profesionales
de la salud.
En esta