Tengo 8 años y una Classmate

Tengo una Classmate y tengo 8 años -es 1955, en Lomas de Zamora-

Estoy en tercer grado, mi maestra se llama Delia Fernández y aún guardo la caja de lápices Faber que me regaló, comprada con su sueldo de maestra en la Escuela 26, Parque de Lomas – también llamado Parque Barón.

Es agosto de 1955 -todavía no han bombardeado Plaza de Mayo-. Acaso por eso tengo un cuaderno, lápiz, delantal blanco y mate cocido en la pancita, provistos por la escuela.

No me fueron regalados, donados, sino provistos por el Estado, por la educación pública que invertía para que el hijo de un carpintero santafecino del norte -Villa Ana, corazón de La Forestal-, fuera periodista.

Este mismo cronista que hoy celebra que los chicos de San Luis tengan una Classmate. Y aunque no estoy en la foto, estoy entre ellos y atisbo que serán tan agradecidos a la vida como yo. Confiado de que podrán hacer su destino, porque tienen herramientas, como mi banco y mi tintero con pluma cucharita.

Tengo una Classmate y tengo 8 años -es 1955, en Lomas de Zamora-: es un mediodía claro de agosto y el sol emponcha mis hombros; pero estoy en San Luis con mis Classmate entibiandome las rodillas.

Estoy en las vísperas de la primavera del `55 y tengo el delantal blanco; estoy contento. Mis zapatillas están flecudas y me entra frío, pero soy tan feliz  como perro con dos colas.

Tengo esa misma sonrisa y por mis flancos ya hormiguea el calorcito del mate cocido mientras canto Autora y la bandera me eleva azulunada.

Tengo esa misma pluma; ese mismo tintero de líquido azul. Tengo el delantal blanco

Un cuaderno Sarmiento y un lápiz; el cielo azul del Parque de Lomas es este mismo cielo azul de hoy en Nueva Galia, provincia de San Luis.

Y si no me creen, miremos estas fotos; allí estoy… ¿me ven? soy el guaycurú mimoso de siempre y feliz, sí. Feliz porque tengo una Classmate y tengo 8 años y tengo todo el mundo para mi…

Fuente Carlos Mazalan – Album Picasa