Inclusión a través del Teletrabajo

Telecapacitados se titula el libro que acaba de ser presentado en Buenos Aires por un grupo multidisciplinario encabezado por Sonia Boiarov y que refiere cómo el teletrabajo puede ser la gran vía de inclusión de millones de personas con capacidades diferentes.

Como lo señaló en el encuentro de presentación realizado en dependencias del Senado, Paula Maciel, una de las partícipes de la investigación que se desarrolló en 9 países latinoamericanos: “no hay una sola forma de teletrabajo sino varias”.

Poniendo de relieve tramos sobresalientes del libro –que puede ser bajado libremente de la web– el diputado Claudio Morgado señaló que hay unas 38 millones de personas con capacidades diferentes (PCD) que habitan en LatinoAmérica.

El dato surge de la investigación que sustenta a este libro y según la cual: de los 400 millones de latinoamericanos, promedia un 7% el conjunto de seres con “discapacidad” laboral o “personas con distintas capacidades (PCD)” de la población del hemisferio.

¿Qué hacer en pro de la inclusión de PCD? En un escenario ambicioso, unas 12 m de personas podrían incorporarse mediante teletrabajo.

Por otro lado, un escenario realista, dice que unos 4 millones de esas personas tienen estudios que los habilitan para ser incluidos laboralmente con más facilidad que el conjunto.

La premisa que guió esta investigación fue si el teletrabajo puede ser considerado una alternativa laboral eficaz y posible para personas con discapacidad.

Entre los expositores hubo acuerdo en que estamos necesitando una decisión política para que las leyes de inclusión laboral sean aplicadas y cumplidas.

Falta concientización de que los discapacitados tienen los mismos derechos que el resto y esa falta influye para que las empresas no cumplan con lo que establecen las leyes.

Falta, además, una reglamentación de las leyes; pero su ausencia no significa que impida que la ley se cumpla.

Y otro criterio clave es que no se trata de preparar a personas para trabajar sino prepararse trabajando.

Se entrevistaron a PCD, empresas contratantes, ONGs y sindicatos, para realizar estas entrevistas en profundidad.

Cristian Salazar, de Chile, dijo que su país cuenta con 12,9% de su población con discapacidad, sea severa, moderada o leve. En general tienen escolaridad baja, motivadas por trabas de acceso que dificultan sus estudios.

Señalar señaló que cuando trabaja una PCD mejora el clima laboral de la organización y son tan productivos como los demás.
Sostuvo, además, que son fieles a la organización porque buscan un empleo para toda la vida y eso disminuye la tasa de rotación.

También manifestó que lamentablemente no existen en Chile normas
para la contratación en el estado de PCD.

Destacó que la investigación que se condensa en Telecapacitados ha permitido conectar gente entre sí y con organizaciones.

Las personas con discapacidad severa tienen en el teletrabajo la mejor vía de inclusión y de evitar costos como el transporte en medios costosos para sus bolsillos –el taxi, por ejemplo-.

Y Salazar resaltó que durante la investigación, los discapacitados entrevistados, reclamaron: miremos las capacidades no las discapacidades.

Cristina Rosso –de quien se destacó que fue quien contuvo y ordenó al grupo para que funcionara como equipo- expresó: la mayor parte de mi trabajo fue desarrollado en forma virtual. El desafío era formar un equipo.

Observó que los mismos problemas que se generan en equipos presenciales en la formación de los equipos son los que encontramos en los equipos de trabajo televirtual.

Hay prejucios –dijo- de que si es virtual no se puede desarrollar un trabajo. Este fue un equipo de aprendizaje porque muchos de nosotros nunca antes trabajamos con personas con discapacidad.

Entre esos aprendizajes, por ejemplo: pensábamos antes que las PPT eran la mejor forma, pero al encontrarnos con personas sin capacidad de visión…

Fuimos entendiendo que había que salir de la zona de comodidad para ponernos en el lugar del otro y por eso digo que fue todo un aprendizaje para la toma de conciencia, de llevar a su máxima potencia el respeto por el otro.

El libro fue también un debate sobre cómo comunicar mejor y cómo lograr la concientización.

Es posible formar equipos virtuales y lo mismo que se necesita para un equipo presencial se requiere en el virtual: el respeto por el otro y abrir el corazón para una nueva mirada.

Se destacó la labor de la Fundación Incluir –ONG que gestionó el préstamo del salón para la presentación- y que reúne en su seno a personas distintas capacidades visuales, motrices, auditivas.

Y también habló Rosa Liliana Almirón – vicepresidente de la Fundación Incluir- quien señaló que es objetivo de esa entidad el cumplimiento de las leyes de modo que cada uno tenga trabajo sin andar mendigando por lo que es ley. Deseamos que las personas pasen por Incluir y se capaciten.

Alejandro Alonso, psicólogo social del ministerio de Trabajo expresó: no somos el obstáculo (es ciego) el haber nacido o contraído una discapacidad, sino que entre todos debemos decir hacia dónde queremos ir y construir una sociedad democrática, pluralista y que los sectores vulnerables no queden a la buena de Dios.

Caso concreto: días atrás se acerca una PCD de la comunidad wichi, de la provincia de Formosa, señalando que allí había muchos otros igualmente discapacitados.
Entendemos que la democracia tiene una gran deuda con la sociedad: es volver a construir la trama solidaria, una sociedad para todos.

Como decía Gandhi: la sociedad que no protege a los débiles marcha hacia su propio suicidio.
Y la fragilidad –remarcó- no solo está en lo físico. Incluir es estar dentro de la sociedad. Y es sencillo de hacerlo. Si no hay futuro no hay comunidad. Y para quienes tenemos responsabilidad, asumir compromiso para que todos tengan su lugar en el mundo.
Como dijera el cura brasileño: la miseria es la madre de todas las violencias.

Cerró el encuentro Silvia Valori, quien en su exposición sobre Género y Teletrabajo,  señaló que la inclusión de la mujer conlleva la modificación de las relaciones de género entre varones y mujeres, sobremanera la desvalorización femenina que impera.

Algunos puntos sobresalientes de sus reflexiones (que por su gentileza reproducimos en Portinos):
•    El género es la construcción social que se transmite tomando como referencias las características biológicas.
•    Las relaciones entre géneros varían de una sociedad a otra; son históricas y por lo tanto modificables.
•    La anatomía no es lo que diferencia sino la construcción de género. Ellas conforman la tradición occidental.
•    Ser feminista hoy es casi una obligación de hombres y mujeres.
•    En 2001 la OMS deja de lado el concepto de minusvalías y deficiencias físicas y adquiere relieve la interioridad humana.
•    Una persona es más o menos discapacitada según del apoyo tecnológico que posea y de dónde viva.
•    Género y discapacidad son dos características que sumadas aumentan la discriminación…
•    La visión de trabajo es parcial y deviene de la economía. El trabajo estaba relacionado con lo penoso, pero…
•    ¿Qué es trabajo? Algo que se realiza a cambio de algo. Trabajo es algo que transforma o hace utilizable. Algo por lo cual percibimos bienes o dinero con lo cual adquirir otros bienes.
•    El uso de las nuevas tecnologías trae consigo transformaciones acerca de cómo desarrollamos nuestro trabajo y una de ellas es el teletrabajo.