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Seguir leyendo //CIPPEC lanza el “Mapa de la vuelta a las clases presenciales”, una herramienta interactiva que releva qué provincias están implementando el regreso a las clases presenciales, en qué niveles educativos lo están haciendo, y para qué población de estudiantes, cumpliendo con el protocolo definido por el Ministerio de Educación de la Nación.
Al día de hoy, solo 22.537 estudiantes (aproximadamente el 0,2%), de los más de 11 millones que conforman la población de niñas, niños, adolescentes, jóvenes y adultos que concurren a los niveles inicial, primario y secundario de todo el país, están asistiendo a clases presenciales. Pertenecen a las provincias de La Pampa y Formosa, las únicas que están implementando hoy protocolos de regreso a las aulas.
Planificar cómo pasar de una etapa de educación en aislamiento a una de educación con distancia social es urgente por los altos riesgos de impactos negativos en los aprendizajes, en aspectos psicosociales, y el abandono escolar.
Estos datos surgen del “Mapa de la vuelta a las clases presenciales” , elaborado por el Programa de Educación de CIPPEC, una herramienta interactiva que releva qué provincias están implementando el regreso a las clases presenciales, en qué niveles educativos lo están haciendo, y para qué población de estudiantes, cumpliendo con el protocolo definido por el Ministerio de Educación de la Nación. Según la Encuesta Nacional de Continuidad Pedagógica del Ministerio de la Nación, en los últimos seis meses el 10% de los estudiantes tuvo contacto con la escuela dos o tres veces por mes o no tuvo contacto.
“La evidencia de episodios críticos en otros contextos y las características que la continuidad educativa a distancia ha tenido para algunos grupos permite prever impactos negativos en los aprendizajes, en las trayectorias escolares y en aspectos psicosociales, con una profundización de la desigualdad. Es por ello que hoy es clave planificar el regreso a la educación presencial en Argentina”, dice Alejandra Cardini, directora del Programa de Educación de CIPPEC.
El “Mapa de la vuelta a las clases presenciales” muestra que los 22.537 alumnos que concurren hoy a clases presenciales pertenecen a las provincias de La Pampa y Formosa, las únicas dos provincias que tienen habilitado el regreso a las aulas. En ambos casos se trata de estudiantes de los niveles primario y secundario, y la asistencia, en ambos casos, es optativa. En Formosa además habilitó el regreso del nivel inicial. En el caso de La Pampa, el regreso es solo para los alumnos de los últimos años de cada nivel. Otras provincias han implementado desde mediados de año protocolos de regreso, pero retrocedieron ante el avance del COVID-19 en sus distritos.
“Lo que buscamos con esta herramienta es reflejar la evolución del regreso a clases presenciales en cada provincia. Ese regreso, lejos de ser un recorrido lineal, está marcado por intermitencias y adaptaciones a las estrategias, ya que la pandemia impone como nunca la necesidad de generar respuestas situadas, que se adecúen a la realidad de cada territorio y comunidad educativa”, sostiene Cardini. El mapa, que tendrá una actualización periódica, muestra desde el 2 de marzo de 2020 a la fecha las marchas y contramarchas de las provincias en el regreso a las clases presenciales.
Para CIPPEC planificar cómo pasar de una etapa de educación en aislamiento a una de educación con distancia social es urgente. Así, propone propone cinco pilares sobre los cuales construir esta estrategia de reapertura de escuelas.
Espacios seguros. Los planes deben comenzar en aquellas áreas donde las circunstancias epidemiológicas lo permitan. Esto supone contemplar la diversidad de escenarios que puedan presentarse en un mismo territorio. Y allí donde la situación lo habilite, la actividad en las escuelas requiere la aplicación de medidas de distanciamiento social y de seguridad y el equipamiento de elementos de higiene.
Justicia educativa. Con la presencialidad, el Estado recupera una herramienta clave para mitigar las desigualdades que la pandemia profundiza. En tanto recurso escaso, la presencialidad debe distribuirse con un criterio de justicia que priorice a los estudiantes que más lo necesitan, a quienes han estado desconectados y desprotegidos en tiempos de aislamiento.
Flexibilidad. Un plan de reapertura de escuelas debe integrar como componente propio de su planificación los protocolos de intervención ante casos de contagio y cierre de un establecimiento. Tan importante como el protocolo de reapertura de las escuelas, es el de cierre.
Creatividad. Para volver a las aulas es necesario ensayar soluciones creativas en relación al uso de los espacios y el tiempo escolar.
Confianza. La participación de la comunidad educativa en espacios de diálogo y definición de los planes es necesaria para favorecer la asistencia de los alumnos y el cumplimiento de los protocolos ante eventuales complicaciones.
El “Mapa de la vuelta a las clases presenciales” forma parte del proyecto “Respuestas educativas al COVID”, que analiza cómo el gobierno nacional y los gobiernos provinciales desplegaron iniciativas para sostener la continuidad pedagógica una vez declarada la pandemia del COVID-19 y el aislamiento social preventivo y obligatorio.
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