La justicia argentina condenó a dos años de prisión a dos acusados de piratería de
obras músicales. Contaban con 11 copiadoras de CD-Rs. Se le secuestraron más de 10 mil discos pirateados y un arma. Ambos abastecían
varios puestos en la feria La Salada.
Ramón Arístedes Cáceres y Marcelo Fabián Altamiranda fueron condenados a dos años de prisión efectiva y costas por el Tribunal Oral
Criminal N°9 de Lomas de Zamora, que los encontró autores penalmente responsables del delito de reproducir fonogramas sin autorización
de los titulares de derecho, previsto en el inciso a) del artículo 72 bis de la ley 11.723 de Propiedad Intelectual.
“Este es un fallo ejemplar contra la piratería de música, ya que prueba que la venta ilegal de discos está dirigida por bandas y
organizaciones de delicuentes”, aseguró Javier Delupí, director ejecutivo de la Asociación para la Protección de los Derechos de
Propiedad Intelectual (APDIF), entidad que radicó la denuncia inicial de la causa.
Cáceres, alias Randy, de nacionalidad paraguaya, junto con el argentino Altamiranda, alias Bolita, tenían montado un circuito de
reproducción y distribución de copias piratas en el partido de La Matanza. Del mismo formaban parte un laboratorio, una imprenta,
encargada de producir las carátulas y dos depósitos donde los discos eran almacenados para su posterior distribución a los “puntos de
venta”. Según consta en la causa, esta organización abastecía con material “trucho” varios puestos de la feria conocida como La
Salada, que también fueron allanados.
Durante los operativos, realizados por la División Delitos Económicos de Prefectura Naval, se secuestraron 11 copiadoras de CD-Rs, más
de 10 mil discos piratas, 60 mil carátulas y una pistola calibre 14.
“La pirarería de música mueve casi 125 millones de pesos anuales y perjudica tanto a artistas intérpretes, autores y productores, como
al Estado, que deja de percibir ingresos en concepto de impuestos”, aseguró Delupí.