El rating lo domina todo y Tinelli está antes que Bergoglio

De Domingo a Domingo – la columna política de Hugo
Grimaldi*

Si es la sociedad la que le otorga más relevancia a los dardos
mediáticos de Marcelo Tinelli que a las reflexiones que viene haciendo el cardenal Jorge Bergoglio o si le da mayor importancia a los
eliminados de ?Gran Hermano? que a brindarle un reconocimiento al capitán del rompehielos Irízar, entonces, ¿por qué se le debería
pedir a los gobernantes que privilegien los valores por sobre las conveniencias?

La Iglesia se reunió durante la semana y dio a conocer un documento donde habla de federalismo, división de poderes y sobre todo de
transparencia, de cara a las elecciones. En clave política, el pronunciamiento será leído probablemente por el Gobierno con
connotación electoral, aunque sería interesante que, con amplitud, se lo considere como un aporte pastoral de acercamiento. La reunión
que el presidente Néstor Kirchner le ha concedido justamente a monseñor Joaquín Piña, su ex rival misionero y jesuíta como Bergoglio,
quizás contribuya a acercar en la semana esos extremos hasta ahora bien lejanos.

Mucho más expeditiva estuvo la Administración con Tinelli. El pedido público de disculpas que un duro de la política, como es el
ministro Alberto Fernández, le hizo el jueves al conductor televisivo, después de que éste lo llamara ?el López Rega de Kirchner? fue
suficiente comprobación de cómo el poder se aliviana cuando aparece alguien que tiene más rating.

?Conociendo a Tinelli, cuyo afecto siempre he valorado y retribuido??, se relajó el Jefe de Gabinete a la hora de aclarar que él no
había implicado a Ideas del Sur en el caso de las facturas truchas. Un día después ambos se estaban piropeando en público, en un cruce
radial a través de la emisora del conductor de ?Bailando por un Sueño?, destinado a distender definitivamente la cuestión.

El mismo Fernández, 24 horas antes, estaba sentado en una banca de la semivacía Cámara de Diputados, agitando a los cuatro vientos los
comprobantes por los cuales Sol Group, una empresa bolsera de publicidad, había cobrado del Gobierno porteño 500 mil pesos. Sol
aparece en las listas del caso Skansa, como una empresa que sería parte de las maniobras de evasión que investiga el juez Javier López
Biscayart, a partir de las pantallas llamadas Calibán y su continuadora Infiniti.

El ataque estuvo dirigido inicialmente a Elisa Carrió, quien no deja pasar la oportunidad para refregarle en la cara al Gobierno esas
facturas de empresas fantasmas que, para ella, encubren coimas destinadas al poder político, descontadas de eventuales sobreprecios
autorizados a la firma sueca en la construcción de estaciones de bombeo del gasoducto del Norte, situación que, para la tesis oficial,
es apenas un caso de supuesta corrupción entre privados.

Pese a ello, el Estado parece haber dejado sus dedos pegados en el asunto, ya que en las investigaciones judiciales hay testimonios de
la empresa que opera ese gasoducto (TGN) sobre sus reiteradas advertencias por los sobreprecios y sobre la insistencia del Enargas, el
ente regulador donde hay funcionarios nombrados por el Gobierno, de seguir adelante con las obras, hasta terminarlas y pagarlas con
dinero de un Fideicomiso.

En otra conexión con la actividad estatal, López Biscayart acaba de determinar que ese tipo de facturas se utilizaron también en
operaciones con la empresa Yacimientos Carboníferos de de Río Turbio, que dirige Daniel Peralta, un hombre que, en su carácter de
diputado provincial, durante la semana fue mencionado como probable reemplazante del gobernador de Santa Cruz, Carlos Sancho. Sin
embargo, en la tarde del sábado, el Gobierno desmintió el hecho.

Más allá de Carrió, lo cierto es que, por elevación, el tiro del ministro Fernández apuntaba también al corazón de su nuevo socio, el
Jefe de Gobierno y candidato porteño, Jorge Telerman, quien, tras su alianza con la Coalición Cívica ha comenzado a sumar votos que
comprometen seriamente la chance electoral de Daniel Filmus. Fernández es el jefe del peronismo porteño y quedaría políticamente
golpeado si en el distrito se vuelve a repetir el catastrófico resultado que dejó a Rafael Bielsa tercero en la última elección.

Pero ocurrió que, aunque efectivamente la productora de Tinelli nunca fue nombrada por Alberto F., las facturas del Sol Group, que
algún pícaro desde el Gobierno hizo circular profusamente por las redacciones, explicitaban que el dinero iría a parar finalmente a
las arcas de Ideas del Sur, por la publicidad que contrató el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y que el animador reconoció haber
emitido en varios de sus programas.

Más rápido que volando, Elisa Carrió acaba de afirmar que, por esas declaraciones, ?ya está todo aclarado? y que ?no hay ningún tema
para investigar?. Lo que no ha dicho el conductor, algo que la dirigente también soslaya es su caso por conveniencia política
olvidando además que antes se decía experta en el seguimiento de las ?rutas del dinero?, es que la Justicia deberá investigar
primordialmente a cuánto asciende la cifra que la productora dice haber recibido. La clave está en la diferencia, porque si ésta es
importante, más allá de la respectiva, habitual y razonable ?Comisión de Agencia? del bolsero -y mucho peor, si además no figura
ingresada en la contabilidad de Sol Group- significa que alguien se quedó con el vuelto.

Para saber si éste es o no el comienzo de una ?campaña sucia? habrá que sopesar lo ocurrido en el ánimo de la gente con un personaje
tan popular como Tinelli, evaluar si su aparición, pese a todos los besos y abrazos posteriores, no le ha jugado en contra al Gobierno
por haber sido el promotor de la denuncia y, fundamentalmente, ver si la eventual sanción social sirve para detener futuras bajezas en
este ?todos contra todos? preelectoral.

En medio de este clima, fue un soplo de aire fresco la inquietud de los editores de diarios nucleados en ADEPA de reunir el jueves
alrededor de una mesa, y darle a la sociedad la oportunidad de observar, comparar y contrastar a los candidatos porteños con mayor
chance electoral, Filmus, Telerman y Mauricio Macri, tres políticos de una misma generación que, muy atildados, formales y sonrientes,
apenas se dieron un mínimo tiempo para chicanas mutuas. Lo notable, si se piensa que los políticos se acamaleonan cuando actúan de
candidatos, fue que en cada alocución, cada uno desnudó las características propias de sus preferencias y formación profesional.

El ministro de Educación, didáctico en su exposición, aunque muy teórico, marcó los ocho ejes de cambios estructurales que se propone
hacer para mejorar la ciudad, apoyado en la bonanza de la gestión del presidente Kirchner. Lo más importante de su discurso fue que
logró despejar la sensación del ?qué estoy haciendo yo aquí? que dejaba en cada presentación.

Los cómo que le faltaron a Filmus, los expresó Macri desde su practicidad de ingeniero. Al pan, pan y al vino, vino, propuso ir a
fondo en dos cuestiones vitales para la Ciudad, como son la seguridad y la salud. Más concreto en su proyecto de aumentar la atención
en los hospitales y algo más difuso sobre la futura policía, fue el único de los tres que se propuso trabajar de intendente, haciendo
una cosa ?por día?, dijo.

Telerman voló más desde su costado intelectual, prometió poco y nada hacia adelante, salvo el aprovechamiento industrial de la
intelectualidad y defendió aspectos de su gestión, con muchas ansias de renovar la apuesta. Sonó como el más seguro de los tres, pero
a la vez como el más lírico, tal vez por esa afectación que incorporan todos los Jefes de Gobierno cuando empiezan a creer que la
cultura son los recitales que suman puntos, sobre todo cuando los promocionan como gratuitos, es decir pagados con el dinero de los
vecinos.

La eexperiencia de confrontación de ideas vale, ya que en esta oportunidad, y quizás como antes nunca, el distrito porteño se ha
convertido en la punta de lanza que podría marcar el clima y las preferencias rumbo a las elecciones generales de octubre. En este
aspecto, poco se ha movido la aguja en materia de imagen presidencial, aunque algún deslizamiento muy notorio se haya visto en una
encuesta hecha en la Ciudad de Buenos Aires (-14%).

En la consideración de un distrito que ya piensa en clave electoral parecen juzgarse como negativos los conflictos de los docentes en
el Sur, especialmente en Santa Cruz, junto a una sensación inflacionaria creciente y a la convicción de que las recetas oficiales de
control de precios comienzan a hacer agua, a lo que se le suma que muchos padecen haber perdido los miedos. En este aspecto, no sólo
Tinelli ha hecho escuchar su voz y demostrado que los diques pueden romperse, sino que los productores ganaderos se le han plantado al
Gobierno.

Ni siquiera les importó una bravata del secretario de Agricultura, Javier de Urquiza, quien al estilo Guillermo Moreno les habría
dicho que ?nosotros tenemos la caja y los votos?. Uno de sus nucleamientos (Carbap) avanza hacia un paro de 15 días. Por otra parte,
los gremios siguen presionando por más, aunque algunos sindicatos hayan querido hacer creer que se arreglaban con 16,5% de aumento,
como promocionó el Gobierno.

En medio de estos tironeos de un Plan al que la falta la pata de un flujo creciente de inversiones, Felisa Miceli acaba de decirle al
World Economic Forum, que difundió una encuesta sobre atracción de preferencias inversoras donde se observa a la Argentina en el fondo
de la tabla junto a Venezuela y Bolivia, que ?no los necesitamos?. Claro está que todo fue una “boutade”, ya que ese dinero se
necesita, si no la ministra de Economía no estaría tan interesada en empujar el Banco del Sur, institución regional al que todavía
Brasil no le ha dado el sí, tal como el presidente Lula le acaba de decir a Néstor Kirchner, porque no quiere poner sus reservas en
manos de Hugo Chávez.

Tampoco ayuda al proceso de recuperación de inversiones, la permanente y negativa acció