Es el modelo más elemental y universalmente aceptado de política científico – tecnológica. El modelo
del triángulo postula que para que exista en realidad un sistema científico – tecnológico, es necesario que el gobierno, como
diseñador y ejecutor de la política, la infraestructura científico – tecnológica como sector de oferta de tecnología y el sector
productivo, como demandante de tecnología estén fuerte y permanentemente relacionados. Estas son las inter-relaciones del triángulo.
Cada vértice debe tener sólidas intra-relaciones, que son las que existen entre las diversas instituciones que lo componen; por
ejemplo, en el sector gobierno debe haber coherencia entre la política implícita y la política explícita, entre los diversos
ministerios y organismos autónomos, etc.
Finalmente las extra-relaciones se refieren a las relaciones que tienen los vértices con entidades del exterior.
El triángulo también es el modelo más simple y transparente de dependencia tecnológica, mientras más fuertes sean las
extra-ralaciones, más débiles o inexistentes serán las inter e intra-relaciones y más demorará el país para disminuir su dependencia.
La idea del triángulo fue propuesta por J.K. Galbraith y desarrollado como modelo de Política Científico Tecnológica (PCT) por el
ingeniero argentino Jorge Alberto Sábato.