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De Domingo a Domingo, la Columna Política de Hugo
Grimaldi*
En el Gobierno, no sólo
Luis D?Elia corta tranqueras e invade campos ajenos. La semana que pasó fue más que prolífica en paseos de funcionarios por los
jardines de los demás, en discursos y acciones. Por eso, a la hora de encarar en tropel la acción de gobierno que se montó para
efectuar un bizarro y voluntarista reclamo de inversiones o de ver quién hace mejor las cosas en materia de créditos hipotecarios, los
problemas de cartel se hicieron evidentes.
Pruebas al canto: ?El superávit fiscal es una política de Estado para siempre?, frase que naturalmente podría adjudicársele a la
ministra de Economía -Felisa Miceli- fue pronunciada el miércoles ante hombres de negocios por Julio de Vido (ministro de
Planificación). ?Mientras esté Kirchner se hará obra pública?, dijo Felisa Miceli el jueves en otro Foro, al devolverle la pelota a su
colega de Planificación.
Hay más: ese mismo día, Miceli se excusó por sus reiteraciones porque otros ministros ?ya hicieron mi trabajo?, dijo. Un rato antes,
De Vido había insistido en pedirle acción de los inversores y, Alberto Fernández, en asegurar que esta administración los ?enamora?,
no sin antes sugerir que el crecimiento argentino deja pálida de envidia nada menos que a China.
¿Es hilar demasiado fino o simplemente los funcionarios han querido mostrarse ante el Presidente como ?su mejor alumno?? Es que
Kirchner, convencido de que tras las leyes que consagran los Superpoderes y la vigencia de los DNU ha quedado como único fusible del
proceso, los echó al ruedo y la necesidad de cumplir hizo que las rencillas domésticas salieran descarnadamente a la luz.
Si hasta el tono de las alocuciones no pareció siquiera planificado como un discurso marketinero único y coherente y a los analistas
les quedó la duda letal sobre si se pidieron las inversiones por auténtica convicción, para contrapesar los desaguisados de D?Elía o
los que se cometen en materia de inserción internacional, donde la cercanía ?carnal? a Venezuela ya es un grano imposible de ocultar,
o por una necesidad imperiosa de que el agua no llegue al cuello y se frene el crecimiento.
Así, mientras todos los ministros tomaron como base los datos más relevantes de la extraordinaria performance macroeconómica y
omitieron prolijamente los indicadores sociales, De Vido no descartó el capital externo pero dijo preferir que se ?movilice? la masa
de ahorro nacional, al tiempo que les dio lecciones a los hombres de empresa sobre ?ganancias razonables?, la relación entre los
precios y la rentabilidad y les pidió con gruñidos a los formadores de precios que ?centren bien el debate?.
Por su parte, Miceli fue más cuidadosa y risueña en marcar la oportunidad desde lo práctico (?no se la pierdan y no digan que no les
avisé?) y el Jefe de Gabinete se endureció al decir que existen reglas de juego y que es sencillo reconocerlas, ya que éstas son las
que ?pone? el Gobierno.
Seguramente los reparos de los observadores no alcanzaron a buena parte de los empresarios, que bajo este ?nuevo modelo productivo?
(Miceli) o el llamado ?espacio de articulación pública-privada? (de Vido), demasiado parecido al de los años 60/70, están ganando
ahora mucho dinero y saben que si no son ?ambiciosos?, tal como les pidió el ministro de Planificación, siempre estarán dispuestos a
escucharlos en la Casa Rosada, donde hoy un subsidio no se le niega a nadie.
El caso de los créditos hipotecarios también tuvo sus bemoles en materia de internas. Aquí se sumaron al elenco de los cruces el
inefable secretario de Comercio, Guillermo Moreno y el presidente del Banco Central, Martín Redrado.
Todo comenzó hace un par de semanas con dos datos del Indice de Precios que a Moreno se les hacen difíciles de encorsetar: las
expensas y los alquileres, estos últimos mucho más ya que se realimentan ?pese a estar prohibido- por la indexación del Costo de Vida
y por acuerdo voluntario entre los privados.
Lo cierto es que Miceli se le adelantó a su secretario con recomendaciones a los consorcistas para vigilar la suba de los gastos
comunes, mientras que éste ganó finalmente la pulseada sobre los controles de alquileres que proponía la ministra a través de la AFIP,
tal como lo adelantó esta columna la semana anterior.
Pues bien, Moreno avanzó al respecto y de conversaciones con el Presidente surgió un irresistible argumento electoral, a través de un
agresivo plan de créditos hipotecarios en pesos y a tasa fija, para que todo el mundo tenga su primera casa o departamento y para que,
con el tiempo, baje la demanda de los alquileres. Pero la realidad hizo tropezar al secretario, economista de profesión, con algunos
escollos difíciles de salvar: la relación cuota-ingreso, las tasas de interés y la falta de financiamiento a largo plazo.
Entonces, tras sopesarlo con sus asesores, Moreno se fue a tomar mate al Banco Central el jueves por la tarde y su titular lo puso al
tanto de las cosas sobre las cuáles ya estaba trabajando la autoridad monetaria. En primer lugar, Redrado le recordó al secretario
que, hace dos semanas, el BCRA sacó una norma por la cual elevó de 70 hasta 90 por ciento el rango de crédito hipotecario en relación
al valor de la vivienda que los bancos pueden otorgar con una menor penalidad de exigencia de capital propio (4% mientras que por la
diferencia deben encajar 8%).
Y luego le desgranó todos los temas en los que se trabaja desde hace meses, con la promesa de poner a todo el directorio en la línea
de fuego durante el fin de semana para tener listas las normas a tiempo de los anuncios, que se harían a mediados de esta semana:
? posibilidad de leasing hipotecario (alquiler con opción a compra) para vivienda única y permanente
? scoring (tomar como buen pagador de créditos al que ha cumplido con sus alquileres)
? terminar de homogeneizar con las asociaciones de bancos los manuales de créditos hipotecarios para securitizar carteras y
conseguir fondeo de largo plazo
? provisión de información transparente a los tomadores de créditos, con el costo final incluyendo la tasa, gastos y comisiones
? búsqueda de convenios con escribanías y compañías de seguros para generar competencia y bajar aranceles, etc.
Al día siguiente, fue Redrado quien se puso bajo el brazo las mismas carpetas para comentarle las mismas cosas a Felisa Miceli, quien
lo llamó a Economía para comenzar a armar el subsidio que probablemente funcionará bajo el transparente estilo de las licitaciones que
se hacen para las PYME, por las cuáles el deudor paga una parte de la tasa y el Tesoro otra.
El problema que queda por cerrar es la relación entre el ingreso del tomador y la cuota a pagar (hoy el promedio está en 30/35 por
ciento, con mejoras hasta 50% para los sueldos mayores) y allí los expertos piensan que deberá llegarse a una solución política, ya
que si bien la cuota podrá bajar algo por algún estiramiento de los plazos, el salario real no subirá en lo inmediato y por lo tanto
deberá salvarse el escollo de esa manera, si no aparece algún remedio técnico, aún no hallado.
Precísamente, la lentitud de los ritmos burocráticos del Banco Central fue criticada con dureza a mediados de semana por el banquero
Jorge Brito, titular de Adeba, la asociación que nuclea a los bancos nacionales. Estas declaraciones motorizaron un operativo
mediático muy evidente contra Redrado, que algunos atribuyeron a la influencia de otro ex banquero a quien el Central habría amenazado
con rematarle un edificio de su propiedad.
Sin embargo, DyN pudo establecer que la verdadera razón de la pulseada se llama 400 millones de pesos al año, que se transferirán del
balance de las entidades al haber del Banco Central, a partir de la puesta en marcha de una norma reciente, que retrotrae la manera de
computar los encajes a los tiempos previos al corralito, sin que los bancos puedan sumar el efectivo de sus cajas o de sus tesoros
como parte de los mismos.
?O el Central no tiene todos los recursos fiscales que necesita para el Programa Monetario o quiere bajar la posibilidad de someterse
a la prueba de mercado de las licitaciones de Letras?, explicó un banquero quien comparó la situación con los años 80: ?si tengo
problemas fiscales, subo los encajes?, señaló antes de calcular cuánto le costará a los bancos la medida.
En el Banco Central confirmaron la cifra, pero relativizaron la incidencia hacia el futuro si crecen los depósitos y créditos. Una
fuente negó que el Programa Monetario tenga problemas y sobre las licitaciones de Lebac y Nobac consintió que ?exigir liquidez
compulsiva a voluntaria nos permite un manejo más pulido del mercado?.
Por último, el interlocutor oficial justificó la decisión: ?la medida estaba en suspenso. El año pasado los bancos ganaron 1.800
millones y esta cifra ya la consiguieron en 6 meses de éste, pagan sus redescuentos y hay liquidez. ¿Por qué deberíamos haber esperado
más?. El momento es ahora, un momento de bonanza y les avisamos que lo haríamos en cuatro tramos. Festejemos que estamos haciendo un
sistema más fuerte?, celebró mientras los misiles seguían cruzando.
—
* Por gentileza de Hugo E.Grimaldi, director periodístico de la Agencia DyN (Diarios y Noticias, de la Argentina), reproducimos su
columna De Domingo a Domingo, correspondiente al domingo 13 de agosto de 2006.
Cada fin de semana esta columna aparece en medios destacados de la Argentina, como La Gaceta, de Tucumán; la Nueva Provincia, de Bahía
Blanca; La Capital, de Mar del Plata; La Calle, de Concepción de Uruguay o El Diario, de Olavarría.
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