La Cancillería sale a promover activamente las industrias tecnológicas e innovadoras de la Argentina

La cancillería argentina
sale a promover activamente los desarrollos e innovaciones de las industrias tecnológicas nacionales. La tarea es impulsada desde cada
representación y misión diplomática, ya sea ante países como ante organismos mundiales.

Paralelamente a ello la Cancillería introdujo un fuerte factor de capacitación tech en las jóvenes camadas que se forman en el
servicio exterior.

Al frente está el ministro Raúl Dejean, como director del Grupo Especial de Asuntos Tecnológicos.

A lo largo de su trayectoria Raúl Dejean tuvo activa participación en la promoción industrial del mercado interno argentino y ahora lo
hace hacia el exterior.

Fue subsecretario de industrias a partir de mayo de 2003 y le cupo un papel central para impulsar los foros de competitividad; acaso
el intento más importante para vincular al gobierno, las industrias y los centros de investigación, estableciendo las áreas de mayor
desarrollo nacional para promover.

En diálogo especial con Portinos, Dejean señaló que se asiste a un nuevo espiritu de los empresarios argentinos que hoy compiten, a la
vez que cooperan por ir juntos a mercados externos.

Y esos sectores son los que ahora piden ayuda a la Cancillería y esta trazó varios caminos de acción para ser eficaz en esa tarea de
salir al exterior.

Dejean dijo que está presente en todo momento el concepto de que los argentinos hacen tecnología y ahora los diplomáticos salen a
promocionarla en cada destino.

El Grupo Especial de Asuntos Tecnológicos -explica Dejean- pone foco en promover áreas en las que el desarrollo argentino tiene
ventajas comparativas, tales como biocombustibles, nanotecnología, energía nuclear y software, entre otras.

Dejean destaca que se transmite a las jóvenes camadas de diplomáticos el concepto de que la Argentina tiene una fuerte trayectoria de
investigación

Y acerca de cómo se hace la promoción en el exterior, Dejean señala que la Argentina, a través de su red de representantes diplom en
el exterior.

En cada sede hay funcionarios que se encargan de los asuntos económicos y comerciales, por lo que de acuerdo a cada mercado interviene
y promueve lo argentino.

Un caso de éxito en ese sentido fue la venta del reactor nuclear a Australia. El entonces embajador Néstor Estancaglini advirtió la
necesidad australiana y conocedor de la capacidad argentina en materia nuclear, avisó de la oportunidad.

Y no es el único en la Cancillería que tiene conocimientos destacados de los logros nacionales en materia tecnológica. El plantel
diplomático cuenta con personalidades como el vicecanciller Roberto García Moritán, que es físico, aunque se presenta como economista.
Y otro tanto puede decirse del jefe de gabinete de la Cancillería, Agustín Colombo Sierra.

Debe entenderse que en el caso de Australia se compitió con proveedores de Estados Unidos y Canadá, que tienen una fuerte presencia
mundial y gran experiencia en lobbys.

Y aún así la oferta argentina fue superior. Y es muy probable que casos como ese se multipliquen en todos los campos, señala Raúl
Dejean.

Y eso deben advertirlo quienes ingresan a la carrera diplomática. En general vienen con una formación humanística y pocos incluyen la
idea de que deben ocuparse de temas como los tecnológicos.

Por eso es muy bueno ir dándoles esta formación, acota la ingeniera Olga Cavalli, quien colabora con Raúl Dejean, y es copartícipe en
la iniciativa de crear el Grupo Especial
de Asuntos Tecnológicos.

Con todos esos elementos a favor, Dejean no ignora que hay falencias en la vinculación entre la Cancillería y quienes elaboran nuevos
conocimientos tecnológicos en la Argentina.

La tarea de la Cancillería -dice- se desconoce en muchos sectores privados. Ocurre que quienes acuden a la Cancillería generalmente y
no necesairamente deben ser buenos divulgadores. Suelem ser emprendedores que estan más preocupados por conseguir que lo ayuden a
abrir un nuevo mercado, antes que promotores de la asistencia que se brinda y trata de que exista la menor competencia.

Pero no obstante ello, comenta que “en 2001 cuando generé nuevos nucleos -como perfumería y cosmética- para ir a nuevos mercados,
descubrí un interesante avance en la óptica empresaria”.

“Recuerdo -acota- los comentarios de los empresarios señalando lo bueno de esos encuentros: es la primera vez -decían- que nos
reunimos alrededor de una mesa para elaborar una estrategia”.

Ministerio de Relaciones Exteriores y
Culto