Columna semanal de análisis económico político del economista Enrique
Szewach
Empiezo con un cuentito “de salón”, importado de Córdoba esta semana: se inaugura una fábrica que
utilizará al látex como principal insumo. El presidente de la planta le explica al secretario de Industria las características de la
planta:
“Con esta máquina, en un proceso totalmente automatizado, vamos a producir tetinas para mamaderas. La máquina estira el látex, moldea,
perfora y envasa. Todo automática. Cinco mil tetinas por hora.
Con esta otra máquina, también en un esquema automático, vamos a producir condones. La máquina estira y afina el látex, moldea y
envasa; moldea y envasa: moldea, perfora y envasa; Cien mil condones por hora”, finaliza la explicación.
El funcionario lo mira asombrado e interroga: “mire, lo del proceso de la tetina lo entendía perfectamente. Ahora, el en caso de los
condones, no entiendo porqué perfora uno de cada cuatro”. “Muy sencillo -explica el presidente- perforamos uno de cada cuatro para
mantener la demanda de tetinas”.
Me parece -dice Enrique Szewach en su columna semanal- que viene a cuento porque, al contrario del presidente de la empresa, nuestro
querido Presidente, muchas veces no toma en consideración los “efectos cruzados” de sus medidas respecto de los objetivos que, al
menos en el discurso intenta conseguir…
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