Argentina tiene pendiente debates cruciales

Fundación Clementina es un espacio para el debate de las ideas, donde poder profundizarlas, sin la necesidad de un consenso, pero sí de llegar a un nivel de abstracción que posibiliten tener 4 o 5 alternativas para una misma idea o necesidad, definió Carlos Pallotti, la tarea de la entidad que formalmente se presentó a la sociedad este 28 de junio de 2012, en Buenos Aires.

 

“Ideas -dijo Pallotti en el encuentro realizado en el Centro Cultural Borges, de la capital argentina- que hayan tenido el suficiente intercambio que las hayan ido mejorando, puliendo, analizando. Sobre todo porque hay temas complejos en la sociedad y que no necesariamente está en el dominio de los debates cotidianos.

 

“Hace 3 o 4 años comenzamos a juntarnos informalmente y debatir estos temas centrales que casi siempre están dando vueltas por la actividad y, de alguna manera, eso se conformó en una mesa de almuerzos periódicos para tratar de ir encontrando esos debates, con algún invitado que nos ayudara a mejorar ese pensamiento y con la idea de que nos enriquezca a nosotros mismos y nos permita tener una mejor visión de la problemática de la que estamos hablando.

 

“Con el correr del tiempo vimos que eso necesitaba algún formato, darle un grado de institucionalidad, para poder  hablar desde un espacio, ahora bien delimitado. Y ello hizo que, a principios de 2011 le diéramos forma a esta fundación, convocamos a algunos más; siempre con la idea de hacer de esto -no necesariamente centenario en asistencia- sino una unidad que pudiera pensar.

 

“Con él único requisito de la idoneidad. Y después: lo más transversal y plural posible, de modo que todos tengan una representación. Pero no por representar a nadie, sino por tener distintos puntos de vista, por encontrar el sabor que a veces tienen los distintos puntos de vista. Y durante todo este año y medio, lo que hemos estado haciendo fue reunirnos, conversar, tocar temas que creímos interesante para analizar. Invitar a gente muy relevante para que pueda compartir estos espacios y nos ayudara a entender la problemática de determinado tema. Si no me fallan los cálculos hemos pasado las setenta personalidades que nos han visitado.

 

“Han venido ex ministros, personalidades muy destacados, empresarios muy destacados, gente de la academia, como hace poco tuvimos la presencia de un rector de una universidad italiana (Flavio Corradini, de la Universidad de Camerino), un empresario muy importante de Canadá (Charles Sirois, que impulsa una iniciativa mundial en el campo del emprendedurismo en nuevas tecnología). Y, aclarando que la Fundación tampoco tiene por objeto generar papers, documentos y entrar a decir: bueno, nosotros creemos que las cosas deberían ser así o asá, sino crear el espacio para que esto pueda ser debatido.

 

“Porque la Argentina tiene unos cuantos debates por darse y, aún en este sector (tec), que parece que tiene cierto grado de dinamismo. Por ejemplo para  todos los que están acá, partícipes del mundo tecno, la Argentina tiene un gran debate sobre qué quiere hacer con el acceso a la información y la propiedad intelectual. Por ejemplo, queremos que todos tengan acceso a los bienes culturales, pero ¿cómo protegemos a los que quieren tener algún grado de protección? Hay todo un debate inmenso allí; no hay debates únicos, pero sí una necesidad de hacer debate.

 

“Y en esto hemos transitado por varios ejes y también hemos coincidido en que no podemos hablar de todos los temas y menos  al mismo tiempo. Nos hemos ido concentrando en un tema y tratando de llegar a un grado de profundidad. Por ejemplo, hemos hablado de la necesidad de las empresas de base tecnológica y de cómo le damos sustentabilidad estructuralmente. Cómo logramos que éstas tengan cabida en la Argentina, en una economía que las necesita.

 

“Para tratar de hacer una rápida simplificación: Argentina se financia claramente con los productos que vienen del campo, porque es la que nos genera saldos exportables, las que nos generan a su vez divisas que ayudan al financiamiento nacional. Pero si el campo fuera todo nuestro ingreso, la mitad de los argentinos tendríamos que emigrar a otro país porque no tendríamos empleo. Porque el empleo lo generan la industria, los comercios y los servicios (por supuesto que estoy siendo súper esquemático y a solo título de ejemplo). Pero si no contamos con la tecnología y la producción de tecnologías a través de empresas de base tecnológica; obviamente estamos hipotecando el futuro.

 

“Otro ejemplo: podemos tener el litio y de hecho Bolivia lo tiene, pero si no tiene el conocimiento, no le queda otro camino que exportar el elemento para que otro país, con tecnología, lo pueda transformar en batería.

 

“Nosotros podemos tener el conocimiento, pero no el litio, entonces compramos ese litio, lo transformamos en batería y multiplicamos por cien el valor de ese producto primario. Pero obviamente vamos a tener que hacer una fuerte inducción para que el productor de litio no le venda a otro, sino que siga alineado con nuestro negocio para no perder la cadena de producción.

 

“Pero si nosotros tenemos el conocimiento y el litio, somos los dueños del mercado. Y de eso se trata generar empresas de base tecnológica sobre aquellos lugares en los que la Argentina tiene buenas capacidades. Y no solo de crearlas, sino darles sustentabilidad en el tiempo y para eso nos hemos reunido y hemos consultado a mucha gente.  Por ejemplo con Cacho Otegui, de INVAP -una empresa de base tecnológica muy importante a nivel mundial-. Hemos hablado con otra gente de la tecnología, como Marcelo Argüelles, de BioSidus; con Mario Mariscotti, del campo nuclear. Hemos reflotado un proyecto que por ahí ha tenido Conrado Varotto (CNEA) sobre empresas de base tecnológica, que parece muy interesante…

 

“Es un amplio espacio y todavía no tenemos conclusiones, pero evidentemente es un tema que la Argentina tiene que debatir: cómo le damos sustentabilidad.

 

“También hemos hablado de la educación, tema que no es menor y hay en nuestro grupo un número grande de gente ligada a la educación y se ha debatido tratando de encontrar qué bala de plata tenemos; no para resolver todas las cosas, sino para resolver una parte. Porque uno dice: si uno hace esto no va a solucionar la vida de la educación, pero al menos esta parte sí. Y allí hay un espacio que sigue necesitando debate y también ahí hemos encontrado a muchos creadores, a ministros de educación, como fue el caso del licenciado Daniel Filmus o de algunos pedagogos muy relevantes, o decanos o rectores de universidad.

 

“También el espacio de debate -que todavía nos queda dando vueltas- como  todo el tema de certificados, firma digital y sobre cómo nos permitimos el intercambio de información de forma más segura y sobre todo legal y formal y cómo le damos una practicidad para que esto funcione. Porque esto no tiene que ser otra iniciativa que quede en algún espacio para que alguno alguna vez se acuerde y lo reflote, sino que tenga la debida atención y todos podamos utilizar.

 

“También estuvimos hablando de la creación de fondos o agencias o de algún instrumento de ese tipo, para que el Estado mejore el desarrollo y la implementación de sistemas para su propio uso y el uso de los ciudadanos, a través de algún incentivo y creemos tener allí algunas ideas innovadores y eso lo hemos venido chequeando con gente venida de distintas extracciones; no solo gente llegada de la función pública.

 

“Y ahí el debate tiene que ser plural porque y entonces consultamos a gente de la SIGEN, y a ex ministros de economía, para ver temas de regulaciones que van contra el Estado y se trata  de aprender y hacer algo interesante. Y así hemos incursionado en distintos temas y ahora Hugo Scolnik va a hablar sobre la relación entre la ciencia y la industria.

 

“El énfasis está en un debate plural y eso tiene que ser parte de nuestro ADN, pero el debate lo tenemos que hacer y a partir de ahí construir, cada uno, con su posición ideológica. Y les puedo asegurar que algunos debates se ponen muy intensos. Y eso enriquece porque, de alguna manera, estoy entendiendo un punto de vista diferente, lo estoy escuchando y estoy tratando de asimilar.

 

“El único requisito es tener la mente suficientemente abierta como para entender que el otro no me está tratando de inculcar algo, sino queriendo intercambiar lo que él cree que es diferente. Y este es un poco el mensaje. Esta fundación está abierta a que las personas que quieran puedan participar, con el único requisito de la idoneidad. O sea, la libertad de poder participar de un debate en el que el otro me puede estar diciendo algo en lo que yo estoy en desacuerdo, pero que de alguna manera lo voy a escuchar.

 

“Y, el requisito de la idoneidad, porque lo que no queremos ninguno de nosotros, es perder tiempo, sino enriquecernos del debate de cosas que ya sabemos, no para estar capacitando gente en debates previos. O sea, participar de un nivel de agregación del debate que ya tiene que estar ganado.

 

“Si la Fundación logra esta meta de ser una unidad de pensamiento, va a poder darle a la sociedad una serie de beneficios. Uno de esos beneficios es encontrar ideas o proyectos para políticas públicas. Una segunda que pueda ser un espacio donde se debatan algunos temas centrales. Y también un espacio donde irradie al resto de las organizaciones de este sector. O sea, esta fundación no colapsa, ni intercede, ni se sobrepone a ninguna organización, porque por suerte la Argentina tiene múltiples organizaciones, ONGs, cámaras empresariales con mucho peso. Tiene entidades de tercer tipo, o sea tiene un montón de entidades de las que nosotros somos partícipes. Pero de este debate plural nos llevamos algunas ideas para aquellas otras en que trabajamos, donde podemos decir: bueno, paren, paren, porque yo escuché o he visto que estas cosas se pueden hacer de tal o cual forma y, bueno, esto nos va a enriquecer a todos.

 

“Ya terminando, Argentina tiene que resolver cosas. No hace mucho tuvimos el accidente (ferroviario) de Once; anteriormente tuvimos (la tragedia, también en Once, de la disco) Cromagnon o (la tragedia en Aeroparque del avión de) LAPA y tantas otras cosas… En esos casos siempre se busca el culpable: si el concesionario, si el maquinista, si el funcionario que no controló, si la empresa que no hizo la inversión. Y si seguimos buscando culpables creeremos que los próximos van a ser mejores, pero claramente los problemas no se van a solucionar.”

 

 

Epifanio Blanco
29 junio, 2012

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