¡Baterías, a la carga!

Escribe José Goretta – UNNE – Agencia CyTA – Instituto
Leloir

Investigadores de la Universidad Nacional de Nordeste (UNNE) diseñaron un cargador de baterías de
plomo ácido que sirve para baterías de auto, sistemas de equipos informáticos y otros equipos. El dispositivo tiene alta velocidad de
carga, bajo tamaño, peso y costo, y no se consigue en el mercado local.
Investigadores de la UNNE lograron el diseño de un cargador de alta velocidad para baterías de plomo ácido, que regula la carga según
el tipo de batería e interrumpe el proceso una vez alcanzada la corriente necesaria. A la vez, lograron minimizar el tamaño y peso del
equipo respecto a los cargadores convencionales. Sus cualidades permiten prolongar la vida útil de las baterías, tanto de autos como
equipos informáticos, y reducir el gasto de energía eléctrica durante la carga.
Aplicación concreta
El desarrollo tecnológico forma parte del proyecto "Aplicaciones Industriales con Microcontroladores" aprobado por la Secretaría
General de Ciencia y Técnica de la UNNE. Consistió en el diseño e implementación de un cargador de baterías de plomo-ácido capaz de
regular la intensidad según la necesidad de diversos equipos.
La poca disponibilidad en el mercado de equipos para aplicaciones concretas y a bajo costo motivó la iniciativa. Según explicó uno de
los investigadores, Oscar Lombardero, el dispositivo sirve tanto para las comunes baterías para automóviles, como para los sistemas de
equipos informáticos.
El circuito del cargador permite controlar el grado de carga, por lo que se interrumpe una vez alcanzada la misma, evitando así un
desgaste innecesario y el gasto eléctrico correspondiente.
Una de las aplicaciones de este dispositivo es para los Sistemas Interrumpidos de Tensión, más conocidos como UPS de grandes
computadoras. Ante la ausencia de energía de la red eléctrica, los equipos eléctricos continúan funcionando en virtud de las UPS,
hasta que el estado de las baterías es insuficiente para mantener la generación alternativa.
El desarrollo
La idea inicial fue diseñar un sistema capaz de manejar intensidades de corriente elevadas, a un costo razonable y con un volumen y
peso mínimo. Esto llevó a considerar la posibilidad de trabajar a una frecuencia mayor de los 50 Hz que usan los cargadores
convencionales, con la consiguiente reducción en el tamaño del transformador de potencia.
Los transformadores utilizados fueron rediseñados para trabajar a 200 Hz, empleándose el mismo tipo de laminación que para los 50Hz de
los cargadores convencionales, con lo que se cuadriplica la potencia disponible.
El sistema cuenta con un control de regulación de carga por nivel de tensión, en estado normal de funcionamiento. Como protección en
caso de sobrecarga, para el caso de que la batería esté deteriorada o presente un cortocircuito interno, posee un sistema de corte.
Cuando se llega a la carga necesaria se interrumpe la tensión, pero además el equipo tiene un sensor especial, que permite seguir
enviando una leve corriente continua que posibilita cubrir la pérdida de la energía en caso de fallas en la batería.
Novedoso
De acuerdo a los investigadores, lo novedoso del dispositivo es sus múltiples adaptaciones: "sirve para distintos equipos, tiene alta
velocidad de carga, contiene interruptores de carga, cubre pérdidas de las baterías, tiene bajo tamaño y peso, y además no se consigue
en el mercado local.
Se conecta en las redes domiciliarias de electricidad, y según estiman los creadores podría cumplir una función importante para los
miles de propietarios de automóviles que en forma constante tienen problemas con la carga de sus baterías.
Además, representa una solución para las redes informáticas que necesitan una realimentación rápida y exacta de las baterías UPS, una
vez regresada la electricidad a la que suplen en el funcionamiento de las computadoras.
Actualmente, ejemplares de este equipo se encuentran funcionando en la Administración de la Red Informática de la Facultad de Ciencias
Exactas de la UNNE. Su bajo costo es otra de las cualidades logradas.
Agencia CyTA – Instituto
Leloir