Instrumentos Musicales Notables del Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco -como violines y violas – realizados por célebres luthiers de Cremona, Milán, Venecia, Módena y Piacenza, entre los siglos XVII y XVIII, se exhiben la sala especial, ahora remodelada con el apoyo de la Fundación American Express y la Asociación de Amigos del Museo, fue presentada con un Concierto del Cuarteto Petrus.
El Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco (MIFB) inauguró este jueves 21 de noviembre su sala de exhibición de los instrumentos musicales notables de la propia colección del MIFB, reacondicionada con el apoyo de la Fundación American Express y la Asociación de Amigos del Museo.
En los últimos diez años el MIFB ha trabajado intensamente con todos los temas inherentes a su colección – desde el período precolombino hasta 1920- incluyendo las gestiones necesarias para recuperar su colección de instrumentos musicales, a fin de comenzar una política para su restauración, puesta en valor y exhibición.
La investigación del acervo, el rescate de estos instrumentos para la vida sonora y los preparativos para su exhibición reconocen un impulso fundamental en la incorporación de dos curadores invitados, profesionales que han aportado ad-honorem su labor maestra: Pablo Saraví, en su rol de historiador, organólogo y eximio violinista, y Horacio Piñeiro, como restaurador precedido por un alto prestigio internacional. El equipo multidisciplinario de restauración del MIFB está formado por musicólogos, museólogos, museógrafos conservadores y gestores culturales, y son quienes desarrollan diariamente las labores técnicas necesarias para la custodia, investigación y difusión de este acervo, preservándolo para las generaciones futuras.
Sobre la colección
Esta colección de instrumentos de cuerda y arcos, encuentra su origen en las largas estadías que Isaac Fernández Blanco sostenía en Paris, allá por inicios del siglo XX. Su colección, la continuó incrementando en Buenos Aires comprando otros instrumentos y que complementó luego con exquisitos objetos de arte virreinal y republicano: pintura, platería, imaginaría, mobiliario, textiles y numismática.
La colección de instrumentos notables reúne un importante número de piezas de enorme valor artístico e histórico. El grupo cuenta con instrumentos de cuerda frotada, cuerda punteada, viento y teclado. La sala está dedicada exclusivamente a los antiguos instrumentos de la familia del violín constituye un hecho de singular importancia. Se trata de un conjunto de piezas que, por su número y calidad, es único en Latinoamérica, y puede compararse favorablemente con importantísimas colecciones de instrumentos de algunos pocos museos en el mundo. En esta exhibición se exponen ejemplos de la lotería clásica italiana, ya que todos los instrumentos que se presentan fueron construidos en aquel país, salvo el caso de los manufacturados por Camillo Mandelli, gran luthier italiano que viviera en Buenos Aires durante las dos primeras décadas del siglo XX y que fuera el primero contratado por el Teatro Colon tras su inauguración en 1908.
El violín personal de Isaac Fernández Blanco, el más interesante de este conjunto de notables instrumentos, permaneció en los depósitos del museo durante décadas, oculto y casi olvidado al paso del tiempo. Se trataba del violín más amado por este coleccionista y músico aficionado, un Guarnerius del Gesù de 1732, pieza que por su calidad y estado de conservación se erige hoy como uno de los instrumentos más importantes del mundo de autoría del célebre luthier de Cremona.
Además del Guarnerius del Gesu, también se ha puesto a punto dos magníficos violines, labores que recibieron el auspicio del Régimen de Promoción Cultural de la Ciudad de Buenos Aires y el respaldo de American Express. Ya en optimas condiciones para ser ejecutados, en esta inauguración tomaron protagonismo en un concierto que celebró la apertura de la sala, como antecedente del ciclo de abono que organizarán mancomunadamente el Museo y su Asociación de Amigos a partir de la temporada 2014- y tiene el doble propósito de acercar a los amantes de la música las “voces” de estos instrumentos históricos y establecer en el proceso un protagonismo para cada uno de ellos que les otorgue las necesarias “horas de música” que colaboren con su conservación estructural y la de sus cualidades sonoras, en un marco de seguridad museológica y en manos de eximios artistas.