Tormenta perfecta en San Luis

En San Luis sostienen que la inclusión digital prioriza al campo y que es tal la armonía entre población, computadoras y comunicaciones que la provincia vive una situación de Tormenta Perfecta, que impacta favorablemente en su agroindustria

En las estribaciones andinas, los valles y campos sanluiseños producen maíz, soja, ajos, pimientos y una variedad mayor de otros cultivos está en escala de desarrollo. Su territorio tiene buenas aguas potables a no más de 30 metros de profundidad.

Pero ¿Desde cuándo la producción agrícola requiere de inclusión digital? ¿No son suficientes la buena tierra, la buena semilla, el cuidado de los cultivos, la bondad del clima y la ayuda del cielo con sus benditas aguas?

Decimos sí a todo ello, pero sin olvidar que los pobladores rurales, como los de las ciudades, también pagan sus impuestos por Internet, envía datos al médico vía e-mail, sus hijos van a la escuela y en todo ello la vía digital es imprescindible.

Y en materia de vía digital la agroindustria sanluiseña está teniendo el más rico acervo de datos acerca de temperatura media en cada poblado, lluvias, vientos y otros datos que son cruciales para todo proyecto y la inversión que demande.

Eso merced a la superautopista de datos que une cada comunidad y que, además de la toma de datos, enlaza por Internet a su gente y propicia en San Luis una revolución tan profunda como acaso inadvertida, dijo Alicia Bañuelos, ministra del progreso de esa provincia, al exponer en La Rural, de Palermo, sobre campo e inclusión digital.

Explicó que ese horizonte se trazó San Luis en 1999, cuando se pidió la colaboración canadiense para elaborar un plan de inclusión digital en la provincia, con una proyección de veinte años y que en 2003 tuvo su primer hito: la autopista de datos.

Por eso a la pregunta ¿Qué cuánta energía digital hay en una nuez? ¿o en una aceituna? En San Luis te responden: mucha. Porque su población de 420.000 habitantes, en su mayoría rurales, están todos enlazados con fibra óptica.

Los datos circulan a la velocidad de la luz relevando la provincia para que la próxima cosecha sea aún más óptima; pidiendo el fertilizante que requerirán los cultivos; haciendo consultas de mercados externos; cerrando operaciones de exportación.

La red enlaza a toda comunidad con más de 20 habitantes y así Internet es un puerto de aguas profundas que llega a cada poblado sanluiseño. Y en cada lugar existe, además, un centro público con computadoras, impresoras y escuela.

Como egresada de la facultad de ciencias exactas y naturales de la UBA -Alicia Bañuelos es licenciada en física- la ministro sostiene que todo puede y debe ser medido, cuantificado y en su charla, las enumeraciones fueron muchas:

Pero, además de instalar e incrementar cada año la llegada de esa superautopista de datos, los sanluiseños se dieron metas de excelencia en varios planos: la Universidad de La Punta, que forma técnicos terciarios en todo cuanto requiere hoy San Luis.

Y dieron un paso mucho más audaz: dieron computadoras a sus niños de escuelas primarias y gracias a la inmediata familiaridad que se establece entre los chicos y las computadoras,  los niños se transformaron en maestros de sus familias.

San Luis se sitúa entre los pioneros en la incorporación de Classmate -con niños y computadoras en red- y han medido cómo mejoró el aprendizaje en matemática y lengua y próximamente será en ciencias naturales.

En 2008 se entregaron 2386 computadoras a los alumnos y 165 a los docentes. Y en 2009 unas 5000 classmates y 500 a docentes y el balance es que, además de mejoras en matemática y lengua, también elevan su capacidad de lectura.

Un 67% de los hogares sanluiseños cuenta hoy con computadora y esperan que a fin de año se llegue al 80% de la población de 420.000 habitantes de San Luis.

Hardware al alcance de todos pregona el gobierno y para ello se hace cargo del 50% de los costos de las compras particulares de PC.

Se instalaron antenas en 66 pueblos a las que pueden acceder gratis todo poblador y hoy la Internet tiene un penetración del 67% en toda la provincia.

Se instalaron centros de inclusión digital en 56 localidades -sobre un plan de 70 puntos a cubrir-,  en los que los pobladores pueden instruirse digitalmente y hasta terminar la primaria.

Se ha invertido en Banda Ancha, en comunicaciones y en tendido eléctrico para que la gente no abandone sus pueblos. Todas las escuelas tienen Internet.

Y se han hecho accesibles los conocimientos científicos a modo de disfrute y no de altas cumbres de adoración. Por ejemplo: camionetas con telescopios recorren la provincia contando a los pobladores nombres y encantamientos de ese cielo de tacita de plata que los ensueña cada noche.

¿Nuevas formas de la cultura popular? Sí, porque taba y ajedrez son ahora los denominadores comunes en las fiestas de pueblo que se celebran en San Luis.

Se ha incluido el aprendizaje de ajedrez porque es un tipo de juego que mejora la capacidad de razonamiento y hoy San Luis es el semillero del ajedrez nacional. El 80% de los chicos de San Luis juega al ajedrez

Se asiste a una alta participación de los abuelos en actividades comunitarias que los mantienen en actividad y aprovechando sus saberes.

Y los abuelos también reciben ahora enseñanzas de sus nietos, que netbooks en mano pasean por su comunidad relevando cuánto se consume de energía y cuántos árboles será necesario plantar para equilibrar la emisión de dióxido de carbono.

Los niños en San Luis se han transformado en catalizadores del cambio. Y el caso es motivo de consideración especial en el MIT con el que el gobierno de San Luis se apresta a firmar un acuerdo sobre la experiencia en despliegue.

El caso será expuesto también el año próximo durante la asamblea de WITSA, a realizarse en Holanda. Y cuanto ocurre con sus niños dotados de Classmates atrae a Francia y a las autoridades de Barcelona.

Ese es el contexto en que la inclusión digital está haciendo un cambio profundo en San Luis, una provincia que se está transformando en atractor de personas que buscan otro horizonte al de continua demolición que parece imperar en el resto.

Ese es el estado de Tormenta Perfecta -vaya término el tomado por Don Tapscott de esa película conmovedora- y reciclado por Alicia Bañuelos, entre muelles mugidos y la muy empinada flora y fauna de La Rural, en Palermo, de Buenos Aires.

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