Google, Toyota, Renault, Tesla. Cada vez más fabricantes anuncian sus planes de crear autos inteligentes, autónomos y conectados a Internet. Esta revolución fantástica presenta riesgos de seguridad importantes como la amenaza de virus, ataques de hackers, organizaciones criminales y hasta terroristas.


 

Autos conectados
Los autos se suman a la revolución del Internet de las Cosas (IoT).

La Universidad de Michigan (U-M) anunció que una flota de SmartCarts autónomoscarritos de golf de alta tecnología, baja velocidad e impresos en impresoras 3D- van a deambular por el campus transportando a estudiantes y profesores de un lado a otro.

Gracias a la incorporación de sistemas de entretenimiento, sistemas de navegación y unidades de control de motores, vehículos como el de la U-M podrían convertirse en un centro de datos con más de 100 servidores interconectados.

La mayoría de los sistemas del auto estarán conectados internamente entre sí. Si algún componente entra en riesgo, los hackers pueden ganar control sobre todo el vehículo alterando la velocidad, la navegación y deshabilitando los frenos.

Por esto, los expertos creen que los fabricantes deberían priorizar la ciberseguridad de los vehículos creando antivirus especiales para protegerlos. Sin embargo, los autos conectados tendrán requisitos muy específicos, como un ciclo de vida largo (15 años o más)  y componentes de hardware/software heterogéneos. Los riesgos de seguridad y soluciones serán peculiares para cada ecosistema.

Aunque facinantes, los autos autónomos ya están presentando desafíos de seguridad y regulación.

Fuentes: Capgemini y Universidad de Michigan