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Seguir leyendo //Científicos del CONICET trabajan en un método que evite la re-infestación en zonas donde se ha eliminado el vector del Chagas. Ya han obtenido resultados positivos en el laboratorio.
(Agencia CyTA – Instituto Leloir. Por Nadia Luna) – Las vinchucas son vectores del parásito Trypanosoma cruzi, causante de la enfermedad de Chagas. Si bien el método principal para eliminarlas son los insecticidas, es fundamental realizar un monitoreo para evitar re-infestaciones con vinchucas provenientes desde pueblos vecinos y ambientes silvestres. Con ese fin, investigadores del CONICET desarrollaron una trampa de olor cuyo fin no es, necesariamente, capturar a todos los ejemplares, sino operar como un sistema de alarma para las autoridades.
“Queremos interceptarlas cuando están empezando a llegar. Esto también evita que se rocíe con insecticida previamente y se contamine a la gente sin razón”, indicó a la Agencia CyTA el doctor en ciencias zoológicas Pablo Guerenstein, del Centro de Investigaciones Científicas y Transferencia de Tecnología para la Producción (CICyTTP), en Diamante, Entre Ríos.
Guerenstein y su equipo partieron de una lista de aproximadamente 15 olores de vertebrado que sabían que las vinchucas detectaban. Mientras analizaban antecedentes bibliográficos, se dieron cuenta de que esos mismos olores eran percibidos también por los mosquitos, por lo que comenzaron a indagar en distintos cebos desarrollados para atraerlos. “El que nos pareció mejor candidato era un producto alemán, compuesto por tres olores. Lo probamos con las vinchucas y nos dio un buen resultado”, destacó Guerenstein. Como esa mezcla estaba patentada y no se conocía la proporción exacta de cada olor, los científicos tuvieron que realizar muchas pruebas hasta dar con un cebo efectivo y de desarrollo propio.
Al mejor estilo “hombre-araña”, las vinchucas suelen caminar sigilosamente por el techo de una vivienda. Hasta que el olor de una persona o un animal los embelesa. Entonces, se dejan caer sobre ellos. El objetivo de los científicos era hacer que la vinchuca detecte el cebo de olor y se tirara hacia la trampa, una bolsa de polietileno. “Pudimos probar que esta mezcla de olores les generaba ese comportamiento, que no es fácil de evocar”, señaló el investigador.
Por ahora, los resultados en el laboratorio han sido alentadores, pero el investigador explicó que para atrapar vinchucas en el campo es necesario que el cebo sea más potente. “La idea es seguir agregando olores para tratar de mejorar la performance del cebo e intentar sobrepasar la del producto alemán”, concluyó.
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