Avaya abrió en Buenos Aires uno de los cuatro centros mundiales desde los cuales da soporte global a su red de clientes en todo el planeta.

Javier Braun –director general de Avaya Cono Sur- mostró este lunes una natural satisfacción porque estaba allí cuanto anticipó desde un año a esta parte a los periodistas tecnológicos locales, acerca de la gran apuesta de Avaya por la Argentina por la calidad de sus recursos.
La escena transcurría en la inauguración del edificio en Lavalle y Riobamba, en cuyos diez pisos Avaya afirma haber invertido 20 millones de dólares y en el que esperan albergar unos 900 empleados en el 2010.
En los 10 pisos hay 120 posiciones de entrenamiento – 20 salas de reuniones y conferencias – laboratorio – cafetería y mucha instalación nueva para sentirse cómodo y trabajar.
La cúpula de Avaya estuvo en el encuentro inaugural, entre ellos el norteamericano Chip Brown, vicepresidente de global support services – remote services de Avaya; el brasileño Eduardo Tomaz, gerente senior del centro de soporte global de servicios para Argentina; Pablo Brizi, director senior de compensaciones y beneficios de Avaya a nivel mundial y director senior de Recursos Humanos para la región Caribe y América Latina; Sal Mahbouba, vicepresidente del centro global de servicios y el brasileño Paulo Manzato – director de soporte para LA–.
Esta sede abierta en Buenos Aires se une y trabaja mancomunadamente con las otras instaladas en Denver, Sao Paulo y ciudad de México. Un tema de soporte puede ser tomado por una sede y según el huso horario es seguido por las restantes.

Javier Braun destacó que la evolución de Avaya es sostenida y desde agosto al presente pasaron de 700 empleados en la región a 1300 y la mayoría están en este nuevo edificio.
Subrayó que Avaya está enfocada en dos mercados: comunicaciones unificadas o comunicaciones empresariales –en el que lideran, según afirmó- y el de contact center, en el que tienen un 40%.
Y destacó, además, que esos logros fueron alcanzados con los mejores medios, al punto que en 2008 se contaron entre las primeras empresas “más éticas del mundo”.