Una galaxia de 582 millones de transistores cabe en una pastilla de Quad Core, el último
chip de Intel
En un seminario para periodistas de Cono Sur, al que asistió
Portinos, Esteban Galuzzi, máximo responsable de
Intel en la región, mostró en la ciudad de Salta las novedades que pronto veremos en el mercado. La exhibición incluyó procesadores de
dos y cuatro núcleos por chip, que duplican o cuadruplican la potencia de cálculo. Y ello significa contar con nuevos servidores,
nuevas computadoras de escritorio y un amplio -muy amplio- arco de dispositivos móviles.
Este mes se cumplen 35 años desde que el primer microprocesador entró a escribir la historia contemporánea: el Intel 4004. Una oruga de oro de altas patas, con 2300
transistores, cuyo primer uso fue en una calculadora de escritorio. A 35 años de aquel chip, Intel mostró esta semana sus
ultramodernos microprocesadores, más pequeños que aquel, entre ellos el Quad Core, con 582 millones de transistores.
Son cifras que resaltan la singular revolución que
está en marcha en la computación fija y móvil. Desde computadoras de escritorio y portátiles a otros dispositivos digitales de mano
(PDA) que irán apareciendo estos meses, con conectividad wireless. Se trata de la llegada de tecnologías que nos están cambiando la
vida, la forma de trabajar, estudiar y disfrutar de entretenimientos.
Potencia computacional que facilita la aparición de nuevos equipos y servicios y algunos con alto impacto, como la portátil que
propone Intel para los chicos de escuelas argentinas: la ClassMate. Un maquinita de estudio y juego que prueba desde el último viernes el ministerio de Educación de la
Argentina y que, de ganar la porfía contra la OLPC de Negroponte, podría entrar en masa a las escuelas públicas a partir de 2007.
Quienes sueñan con una Argentina mejor apuestan a que estudiar será un juego atractivo para los chicos y también para los docentes al
guiarlos en sus trabajos sobre una plataforma digital.
Potencia computacional para desplegar el universo de interactividad que la web posibilita por estos días. La web como universo de
comercio on line, de información electrónica, de interacción humana entre millones de seres que cada atardecer se conecta y dialoga
con otro humano en las antipodas -fenómeno del web 2.0, como explicó el mexicano Ricardo Carreón en el seminario-. De interactividad que trae música y películas de modos
que pocos imaginaban hace un par de años y que hoy podemos ver no ya en el living, sino en el celular.
Hacer entretenida la vida, disfrutable, se ha tornado ya una meta común. Sino veamos esos fenómenos que sorprenden de tanto en tanto
desde ciudades como Tokio o Nueva York, donde la gente se apiñó el lunes último para comprar la nueva Nintendo, no es algo que ocurra aquí. Y no
porque no exista por estas latitudes gente que se interese por ese equipo; no hay tanta población local que tenga el dinero para
adquirirla. Y, si hubiera que hacer cola para adquirirla, difícilmente la fila se extendería por más de dos cuadras. Y el riesgo
adicional para cada comprador, que tendría que salir camouflado para no ser asaltado en la otra cuadra.
Pero más allá del espanto de la realidad, lo cierto es que los contenidos se hacen cada vez más ricos, sino veamos el sitio que Cuatro Cabezas, la productora de Pergollini subió
estos días a la web, ampliando la pantalla de TV a la pantalla de la computadora. Un modo de poder acceder de otras formas a la grilla
de sus exitosos programas, léase CQC o Algo habrán hecho.