La pandemia trajo cambios de hábitos contundentes en los consumidores, principalmente a raíz de estrictas restricciones de movilidad Hubo …
Seguir leyendo //
Escribe Irene A. Maier – CIC – Agencia CyTA – Instituto
Leloir
Uhmmm, qué rico!, este dulce de leche me recuerda al que hacía mi abuela… Con ese olorcito a
asado se me hace agua la boca… ¡Puaj!, las galletitas tienen gusto a cartón…
Investigadores de la ciudad de Nueve de Julio, provincia de Buenos Aires, colaboran con la industria alimentaria para que sus
productos tengan mayor aceptación entre los consumidores. Sabor e imagen pública son dos factores importantes para el éxito de un
producto.
Los estímulos olfativos y gustativos despiertan fuertes reacciones emocionales y fisiológicas. Cuando llegan al cerebro, éste analiza
la información sensorial asociándola con experiencias anteriores y emitiendo respuestas como: “ese dulce de leche es bueno porque se
parece al que se hacía en casa”. La industria alimentaria busca despertar reacciones positivas como ésta en los consumidores y para
eso necesita informaciones precisas de sus gustos, a fin de adecuar a ellos los productos.
“La herramienta empleada es la ciencia del análisis sensorial, que organiza con método técnico la secuencia natural estímulo-
procesamiento- respuesta. Los instrumentos fundamentales que utilizamos son los paneles de consumidores y los paneles entrenados”, nos
explica el doctor Guillermo Hough, investigador del ISETA (Instituto Superior Experimental de Tecnología Alimentaria).
Con el panel de consumidores se estudia estadísticamente el grado de gusto o de disgusto que sus integrantes sienten, por ejemplo, por
el sabor de dos marcas de mayonesa. Supongamos que la mayoría prefiere la marca “X” a la “Y”. Para saber por qué, se hace intervenir
al segundo panel, integrado por personas cuyos sentidos funcionan normalmente y fueron entrenadas para detectar y medir con precisión
los estímulos sensoriales recibidos. Ellas podrían determinar que la mayonesa “Y” tiene menos gusto a limón que la “X” y además un
dejo de sabor a mostaza. Entonces la información dada por ambos paneles servirá al fabricante de “Y” para mejorar su mayonesa desde el
punto de vista sensorial.
No solo el sabor importa
Conocer las preferencias del consumidor respecto a un producto tiene un gran valor comercial. Por ello en el ISETA se creó el
Departamento de Análisis Sensorial de Alimentos (DESA), que dirige Hough (www.desa.edu.ar).
El instituto tiene un área docente que prepara profesionales en tecnología de alimentos y áreas científicas que realizan investigación
alimentaria y asesoran a la industria. Depende de la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires (CIC), de
la Dirección General de Escuelas y de la Municipalidad de la ciudad de Nueve de Julio.
El doctor Hough subraya que para que un alimento tenga éxito no basta con que agrade su sabor, también debe poseer una buena imagen
pública. La información que posee el consumidor sobre el producto le genera expectativas y lo juzga en función de ellas. Su aceptación
depende además de factores como la edad y el nivel socioeconómico del encuestado.
Como ejemplo cita un estudio del ISETA sobre dos alfajores triples de chocolate, producidos por marcas de distinto prestigio
comercial. El panel de degustadores fue integrado por 120 chicos de entre 10 y 13 años, provenientes por mitades de hogares de nivel
socioeconómico medio y bajo.
Inicialmente probaron ambos alfajores sin su identificación comercial y la mayoría no encontró diferencias apreciables de sabor.
Cuando posteriormente los comieron conociendo su marca, los chicos de hogares más humildes no variaron su evaluación, pero los de
ingresos medios mostraron mayor aceptación por la marca de primer nivel. Los investigadores dedujeron entonces que un niño de bajos
ingresos elegirá un buen alfajor que esté a su alcance de compra, mientras que otro de sectores medios tenderá a preferir el más caro
por el prestigio de la marca, más que por la diferencia de sabor.
Estudios especializados como éste demuestran que al diseñar un alimento no importan solamente los criterios nutricionales; también
deben conocerse los gustos particulares del sector de la población al que están destinados y evaluar cuál será la imagen del producto
más conveniente para promover su consumo.
La pandemia trajo cambios de hábitos contundentes en los consumidores, principalmente a raíz de estrictas restricciones de movilidad Hubo …
Seguir leyendo //Con la Navidad en puerta, todo el mundo se prepara para el gran día Teniendo en cuenta que las …
Seguir leyendo //Molinos Río de la Plata apoya sus planes de crecimiento y transformación digital con tecnología SAP La reconocida compañía …
Seguir leyendo //La industria del software vivió su jornada de celebración en la 16ta edición de los Premios Sadosky, la iniciativa …
Seguir leyendo //