La Universidad de San Martín rinde homenaje en su página web a la doctora Sara Rietti, fallecida recientemente. Es oportuno y justo el tributo de recordarla como ser humano ejemplar, cualidades inescindibles de quien fue la primera química nuclear de la Argentina, y quien resaltó siempre la necesidad de construir un pensamiento científico y tecnológico latinoamericano junto con la sociedad, que responda a sus necesidades y enfrente los intereses hegemónicos.


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Señala la nota de la agencia TSS que Sara Rietti fue una mujer pionera en un mundo que reservaba (y aún reserva) los podios para los hombres. Que resistió a los “bastones largos” de la policía enviada por el gobierno militar de Onganía, cuando ingresaron a la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA por la fuerza. Que se pasó aquella oscura noche de 1966 sacando a sus colegas de la comisaría, junto a su marido Víctor Rietti. Que organizó su exilio a otros países de la región. “Hice un esfuerzo para que los investigadores que empezábamos a tener quedaran en América Latina, porque si se iban a los grandes centros, después no volvían”, recuerda Sara, que se encargó de repatriarlos con la vuelta de la democracia, desde su gestión como jefa de gabinete de Manuel Sadosky en la Secretaría de Ciencia y Tecnología.

Fue discípula y colega de los mayores talentos argentinos en ciencias duras, como Oscar Varsavsky, Manuel Sadosky y Andrés Carrasco. Ver nota completa aquí.