Afectado de mal de Parkinson, murió Andy Grove, el ingeniero químico que contribuyó a crear la era digital que vive el planeta al participar en 1968 de la fundación de la fábrica de procesadores Intel Corporation, junto a Robert Noyce y Gordon Moore. 


 

andrew-grove_1-225x300Andrew S Grove, nacido en Budapest, Hungría, en 1936, falleció esta primera mañana del otoño de 2016 en California, donde discurrió su fructífera vida como primer empleado de Intel y décadas después su CEO, en 1987, compañía a la que hizo contribuciones fundamentales como científico y como directivo.

Se graduó en el City College of New York en 1960 como Bachelor of Chemical Engineering y cursó su doctorado en la Universidad de California, Berkeley en 1963.

A poco de graduarse ingresó a la división de investigación y desarrollo de los laboratorios Fairchild Semiconductor donde se conocieron mutuamente tres genios que fundaron Intel, la fábrica de chips más exitosa de la revolución electrónica contemporánea.

Grove aporta a la ciencia química más de 40 papers que condensan sus aportes a las innovaciones y patentes que sentaron las bases de semiconductores, dispositivos y nuevas tecnologías electrónicas. Recibió en vida los máximos honores de la ciencia norteamericana y mundial por sus aportes.

Intel, la compañía que se instaló en el centro de las computadoras, al punto de hacer que sus microprocesadores sean el cerebro mismo de los equipos, realizó el gran salto de llevar esos dispositivos al escritorio personal y como síntesis de ello, Grove selló ese logro plasmando la frase: Intel Inside, o sea si la computadora tiene un procesador Intel, tiene lo fundamental, el mejor chip.

Andy Grove debió dar varios combates por su salud, luchando contra el cáncer de próstata que le fuera descubierto en  1996 y más recientemente Mal de Parkinson, una enfermedad que enfrentó y contribuyó a enfrentar con fondos propios y con todo su talento científico para identificar las causas que lo desencadenan.