Un método biológico aplicado a la gramática descubre vínculos entre
lenguas antiguas. La genealogía del lenguaje establece que pueblos hoy distantes compartieron territorio hace más de 10.000 años. “No
sabemos lo que nos pasa y eso es lo que nos pasa”, recuerda Yaiza Martínez, en un artículo para Tendencias 21.
La rápida evolución del lenguaje impide a los
lingüistas establecer las relaciones entre diversas lenguas en el pasado. Sin embargo, un método de estudio utilizado por biológos,
conocido como cladístico, fue aplicado a la estructura del lenguaje por un equipo del Instituto Max Planck, y descubrió que pueblos
melanesios que hoy viven separados compartieron territorio hace más de 10.000 años. El Instituo Max Planck tiene en la actualidad
varios e innovadores proyectos en los que se analiza la relación entre el lenguaje, el entorno y el tiempo.
Los especialistas han intentado siempre reconstruir la historia de las lenguas y establecer las líneas de parentesco entre diferentes
idiomas a partir de las similitudes entre las palabras de cada lenguaje. Debido a la rápida evolución de las lenguas, sin embargo,
este método no permite que las investigaciones se remonten en el tiempo más allá de 10.000 años.
Sin embargo, un nuevo tipo de análisis de las lenguas y su evolución, que ha sido desarrollado por el Insituto Max Plank de Alemania, a cargo del especialista Michael Dunn y de un grupo de expertos, y testado
en Melanesia, ha permitido romper esta barrera temporal.
El análisis consistió en la aplicación del método biológico cladístico no al vocabulario, como se ha hecho hasta ahora, sino a la
estructura del lenguaje (sonidos y gramática). El método llamado cladismo o cladístico se ha convertido en el paradigma de la
reconstrucción filogenética, que se utiliza en epidemiología, investigación de relaciones parásito-hospedador, conservación,
filogeografía, etc.
La sistemática cladística (cladismo o sistemática filogenética) pretende producir hipótesis ?comprobables? de las relaciones
genealógicas entre grupos de organismos. Se basa en la ?descendencia común?, o sea, la genealogía estricta. Aplicada a esta
investigación, el método ha permitido retroceder aún más en el tiempo para descubrir conexiones remotas entre diferentes lenguas.
Este método se recoge en el proyecto Pioneers of Island Melanesia, de
tres años de duración, y ha permitido al equipo del Instituto Max Planck profundizar en la prehistoria de este conjunto de islas,
desde la época del primer asentamiento humano, que se calcula fue hace unos 40.000 años, hasta la llegada de los hablantes de las
lenguas austronesianas (de las islas del centro y sur del Océano Pacífico) hace menos de 4.000 años.