Así como los pilotos practican en un simulador de vuelo antes de subir al cielo con un avión real y cientos de pasajeros, los anestesistas porteños se aprestan a hacer sus prácticas en un simulador de paciente humano que los capacite para los casos más delicados de su profesión.
La Asociación de Anestesia, Analgesia y Reanimación de Buenos Aires presentó este cuarto martes de noviembre 2011 el simulador de paciente humano, un equipo único en Sudamérica. Fue adquirido en EEUU y el costo total de instalación en una sala especial asciende a 575000 dólares, derechos de importación incluidos, según se informó.
La entidad tiene su sede en una de esas bellas y tranquilas callecitas de Buenos Aires, en Aranguren 1323, cerca de Primera Junta (y de la cancha de Ferro), en el barrio de Caballito. Ese es el punto donde ahora se instala este avanzado ingenio destinado a capacitar para salvar vidas. Es un robot de usos médicos, aún sin nombre criollo, pero listo para entrar en acción.
El equipo fue fabricado por la compañía METI (firma recientemente adquirida por capitales canadienses), básicamente es un maniquí en el cual se capacitarán unos 400 residentes que cursan sus carreras en la Universidad de Buenos Aires y hospitales de la capital y el conurbano, con los cuales la asociación firmó acuerdos especiales para guiarlos en sus prácticas.
Confieso que impresiona ver como el torax casi humano del simulador se eleva al ritmo de su respiración o cuando sus ojos parpadean indicando que está saliendo de la hipnosis anestésica. Y para darle mayor verismo y hacer una jugarreta, los ingenieros que controlan desde el otro lado de la consola vidriada, pueden hacerlo hablar; es decir: hacernos sentir que salen voces de su rostro
El simulador de paciente humano está instalado en cuarto que reproduce el aire de una sala de operaciones, con la ubicación central de una camilla donde reposa el maniquí y a su alrededor se despliegan monitores y los residentes realizando los procedimientos que los instructores les indican. Es un proceso que siguen de cerca dos bioingenieros desde la sala contigua.
Los bioingenieros tienen la misión de controlar los equipos que permiten realizar los procedimientos, de modo que se reproduzcan con fidelidad humana los mismos procesos fisiológicos o traumáticos por los que pueden pasar los pacientes y los casos más extremos. El software lee el código de barra de la solución o medicamento que se inyecta al paciente y reproduce los efectos que causa en la vida real ese procedimiento.
En gran medida -se dijo en la presentación- los residentes tienen ya una fuerte formación práctica en las clínicas y hospitales, acerca cómo asistir en las demandas más habituales de anestesia. Pero hay casos atípicos -explicó Marcelo Campos, vicepresidente de la asociación- y que se ven en el curso de incidentes críticos que dicta la entidad.
Entre esos casos atípicos, de uno entre miles, como la hipertermia anestésica, infrecuente pero que cuando ocurre dispara hacia arriba la temperatura del paciente que está siendo intervenido y, de no reaccionarse rápida y adecuadamente, el riesgo letal es muy alto.
Situaciones como esas, derivadas del desconocimiento, por lo infrecuente o por impericias personales, pusieron en su momento a la profesión de anestesiólogo en la cima de la litigiosidad. Es un riesgo que fue disminuyendo hasta ubicarse ahora en el séptimo puesto en la cobertura de las aseguradoras.
La asociación fue haciendo en estos años una labor tenaz en defensa de sus miembros, cubriéndolos con obra social y hasta con un haber de 9000 pesos mensuales a los asociados inactivos. La entidad tiene ahora 1700 socios activos. Por cada intervención la asociación toma un 4,5% de los honorarios y con ello ha conseguido hacer toda esta obra, según se explicó.
Entre ellos este equipo de simulación de paciente humano -el segundo que adquiere la entidad, luego de que el anterior fue comprado en 1995-. El maniquí tiene el tamaño de una persona -relación 1 a 1-. Y el gran ingenio está en el software y los equipos electrónicos que lo rodean.
El software es altamente sofisticado y muy versátil porque refleja en forma muy realista las respuestas humanas a las intervenciones terapéuticas realizadas. Es completamente automático, pero con alta capacidad de interrelación profesional.
Posee alta fidelidad y está diseñado específicamente para la formación en anestesia, cuidados críticos y respiratorios, y para pacientes tanto pediátricos como adultos.
Se diferencia de otros equipos por su alto nivel de automatismo, con funciones avanzadas como el reconocimiento de fármacos y las respuestas humanas frente a ellos.
También por incorporar el intercambio de gases respiratorios, administración de anestesia y control de pacientes con monitores fisiológicos reales. Posee asimismo módulos de entrenamiento enfocados específicamente para capacitar diferentes especialidades.
Sus características principales son:
* Reproducción de tamaño completo de un paciente adulto hombre o mujer y con genitales intercambiables.
* Funcionamiento en posición supina, lateral y prono.
* Muestra signos vitales tales como sonidos del corazón, la respiración y los abdominales, pulsos palpables, excursión del pecho, permeabilidad de las vías respiratorias, que son acopladas dinámicamente junto con modelos matemáticos de farmacología y fisiología humana
Entre sus ventajas se destacan:
* Es un simulador que reproduce con exactitud las reacciones y eventuales problemas que se pueden presentar con un paciente real.
* Se puede programar para que presente distintos escenarios
* El mismo escenario puede ser presentado ante grupos numerosos de alumnos.
* La simulación puede ser observada on line por alumnos en cualquier parte del mundo, a través del sistema METIVISION. Cada procedimiento puede ser filmado y subido a Internet en forma simultánea.
* Posee capacidad de grabación audio/visual de cada simulación para su posterior discusión.
* Puede repetirse el escenario cuantas veces se desee;
* La simulación puede ser detenida y reiniciada por el operador;
* El cuadro puede suspenderse en un punto determinado desde el cual, producto de un análisis, se pueden aplicar distintas alternativas de conducta médica.
Al finalizar la presentación de este nuevo simulador de paciente humano, el presidente de la asociación, doctor Carlos Carbajal, expresó que: “con el avance de la tecnología tuvimos que incorporar un nuevo simulador. De esta manera hemos seguido el camino señalado por los fundadores de esta casa, que nos enseñaron a volcar todos nuestros esfuerzos en la capacitación permanente”.
La Asociación de Anestesia, Analgesia y Reanimación de Buenos Aires desarrolla también una intensa actividad en las áreas de la investigación científica y el desarrollo de técnicas orientadas al control del dolor y la reanimación. Desde sus inicios ha realizado permanentes esfuerzos para la actualización científica y capacitación permanente de los profesionales y la formación de nuevos especialistas.
El alto nivel científico que tienen los anestesiólogos argentinos, reconocido internacionalmente, es prueba fehaciente que el camino elegido ha sido el correcto. También brinda formación gratuita a los graduados en Medicina que eligen la especialidad, cuya competencia disfruta de reconocimiento local e internacional.
La asociación también tiene el cometido de controlar que los equipos de anestesiología de clínicas y hospitales de la capital y conurbano esté en condiciones. Pero, curiosamente, no hay una normativa y organismo que supervise esta actividad a nivel nacional. Y precisamente por ello la ANMAT viene realizando consultas para lograr conformar ese cuerpo y marco legal.
Seguramente pocos conocen que los anestesiólogos tienen sí la obligación de cumplir con 48 horas de guardia cada semana. Y en ese sentido la asociación es la que mantiene un listado actualizado de profesionales y designa quién debe acudir a cubrir los casos de ausencia o urgencia en los centros de salud. Y, un último dato, las mujeres están superando en número al conjunto.