Sir Clive Marles Sinclair… ¡Un fenómeno!

Escribe Jorge Manuel Iglesias*


Se me ocurre que hay a nuestro alrededor toda una generación de genios
informáticos que aún sabiendo como se inició todo esto, no tienen idea de cómo se vivió el comienzo de la ?era de la computadora?; es
decir, no quienes la inventaron, ni como, sino sobre quienes comenzaron a usar estos artefactos en los hogares en esas heroicas
décadas de los años setenta y ochenta, sin haber oído hablar nunca de John von Neumann o de Alan Mathison Turing y, por supuesto, sin
tener ni idea de algo que se llamó ENIAC, Mark I o UNIVAC veinte años antes.

Sin embargo las raíces son importantes? en esto y en todo. Para tratar de explicarlo mejor, recurro a la ayuda de la sabiduría china
que reflexiona: Si un hombre vive del pasado, desperdicia el presente, pero si ignora el pasado, desperdiciará el futuro; las
semillas del pasado alimentan el porvenir. Y en esta materia nosotros estamos hablando permanentemente de futuro y el porvenir está a
la vuelta de la esquina.

Estas disquisiciones vienen a cuento porque en una reciente carta que envié a mi colega y amigo Epifanio Blanco y que tuvo el
arriesgado gesto de publicar, mencioné el nombre de Sinclair, creador de la Spectrum, y convinimos que no estaría mal recordarlo. Y
eso es lo que pretendo hacer: recordar a un pionero de la computación hogareña y de la miniaturización de estos hoy imprescindibles
artefactos.

A Sir Clive Marles Sinclair, nacido
en Londres, Inglaterra, el 30 de julio de 1940, las enciclopedias lo recuerdan hoy como uno de los mas importantes inventores
británicos. Y si a su genio hubiera agregado talento comercial, sería hoy otro Bill Gates, pero en este sentido fue un desastre, tal
vez porque su principal preocupación era crear y la comercialización algo muy secundario. Terrible error para sobrevivir.

Recordemos que nace de su talento el popular ZX
Spectrum
, el microordenador doméstico de los años 1980. La revolución. Hay que haber vivido esa época para entender esto. La
competencia era dura: Commodore incluyendo desde los PET al VIC-20, C-64 y finalmente Amiga; variedad de MSX, Apple, Ataris, Dragon,
Amstrad y finalmente las primeras PC.

Pero la personalidad de la Spectrum tenía un gancho muy particular, entre otras cosas por lo amigable que era para trabajar con las
primeras versiones del Basic. Llegó a disponer de una disquetera de 3 ½ y de impresora que utilizaba papel térmico. Se fabricó en
Brasil y también en nuestro país, en Entre Ríos, a cargo de la compañía argentina Czerweny, con un excelente servicio de mantenimiento
y software que estaba en la calle Azopardo.

Todo esto de la supremacía de una u otra máquina es discutible, por supuesto, dado que esa lucha se transformó en una verdadera
?guerra santa? computacional, tanto que seguramente aún hoy algunos sobrevivientes de esas rivalidades estarán echando sapos y
culebras por mi apología de la Spectrum y de don Clive.

En definitiva, el sentido globalizador de la industria estadounidense y el arrollador avance de las IBM e Intel, mas el DOS y el
Windows, terminaron sepultando todas aquellas pequeñas maravillas (para su tiempo) transformándolas en otras que no pararon de crecer,
evolucionar y expandirse a ritmo alucinante.

Pero Clive Sinclair se anticipó en muchos aspectos a estos tiempos que hoy disfrutamos:

En 1961 creó la compañía Sinclair Radionics Ltd. y lanzó el Macrovision, un televisor portátil como producto estrella y en 1962 crea
la primera calculadora electrónica de bolsillo.

En 1975 la Sinclair Radionics crea el Black Watch, un reloj digital negro para la muñeca que se convirtió en uno de los primeros
relojes- pulsera ? digitales del mundo.

En 1980 abandona Sinclair Radionics y crea Sinclair Research Ltd., lanzando el ZX80 que entonces fue definido como “el ordenador más
pequeño y barato del mundo”.

Ese equipo disponía de 1 K (yo recién comencé a usar el de 2 K) de memoria RAM y un sistema operativo BASIC almacenado en una ROM de 4
Kbytes. El sistema de visualización, en blanco y negro ofrecía 32 columnas por 24 filas. Incorporaba un teclado sensible al tacto y
conexiones para televisores comunes y cinta de cassete. Estaba sustentado en un procesador Z80 a 1 MHz.

En 1981 presenta el ZX81, donde el principal cambio fue la sustitución de los 12 chips estándar para lectura de teclado y generación
de vídeo del ZX80 por un único chip de diseño específico (Uncommited Logic Array o ULA), creado por Ferranti bajo instrucciones
precisas de Sinclair. Este cambio abarataba sensiblemente el costo del equipo.

Otros cambios importantes fueron el sistema BASIC con coma flotante (almacenado en una ROM de 8 K).

En 1982 llega el famoso ZX Spectrum, una minicomputadora que tuvo un éxito comercial sin precedentes, con mucha mayor capacidad de
memoria y en dos versiones: con 16 y 48 K y mas velocidad. En cuanto a gráficos, ofrecía una resolución de 256 por 192 pixels, un
BASIC más avanzado y limitada capacidad de color, pero color al fin. Su capacidad de emitir sonidos se limitaba a un zumbador.

En 1984 lanza el Sinclair QL basado en un Motorola 68008 y aquí comienza el declive. Se trataba de un equipo revolucionario para la
época, pues era de 32 bits, pero el resultado no fue tan bueno como se esperaba por culpa de una serie de factores, entre ellos la
ausencia de puerto paralelo para impresoras, y, sobre todo, el uso del ZX Microdrive como sistema de almacenamiento, en lugar de
disquetes o disco duro.

La capacidad inventiva de Sir Clive se vuelca en 1985 a un coche eléctrico, el Sinclair C5 que fue un espectacular desastre
financiero, debido a que se le negó el permiso de circulación por las calles, considerando que su baja altura podía hacer que pasase
desapercibido a los conductores de camiones que le podían pasar por encima. En 1986 la crisis es total y la empresa se vende, con
nombre, inventos y todo.

Sinclair no se da por vencido y a fines de 1987 resurge con la Cambridge Computers, una nueva empresa de ordenadores que lanzó un
único producto: el Z88. Este era un ordenador portátil, también revolucionario para la época, basado en un Z80 a 3’5MHz que podía
direccionar hasta 3,5 Mb de memoria RAM. Entre sus atractivas características estaban la ausencia de discos, ya que empleaba un disco
RAM como sistema de almacenamiento, el que era alimentado por las baterías y mantenía su información hasta un año. Se destacaba
también por su reducido tamaño y la autonomía: veinte horas de funcionamiento con simplemente cuatro pilas AA comunes. Tenía las
características de un PDA actual, aunque con capacidad para proceso de textos y hoja de cálculo. Hubo versiones en varios idiomas,
pero también esta creación fracasó comercialmente y la empresa terminó quebrando.

Actualmente la compañía Sinclair-Research vende productos siempre innovadores como por ejemplo Zeta, un sistema de ayuda para
ciclistas que permite pedalear con menos esfuerzo y el 12 de julio de este año lanzó al mercado la A-bike, una bicicleta plegable.

Sir Clive Sinclair se se autodefine como un individuo fiaca, al cual no le gusta trabajar demasiado. En vez de eso prefiere leer
poesía o escuchar música clásica, sobre todo con la Orquesta sinfónica de Cambridge. El éxito nunca se le subió a la cabeza y los
fracasos no lo derrumbaron. Dicen que sigue siendo el hombre sencillo de siempre, algo excéntrico como de costumbre y con el mismo
gran talento e ingenio. Lo único que no pudo superar jamás, para su desgracia, fue su absoluto desprecio por lo comercial. Y es
probable que aún hoy le quede alguna deuda de las quiebras que protagonizó.

En síntesis, fue y es un fenómeno y cuenta con mi admiración, aunque este no sea un detalle demasiado trascendente.

Jorge M. Iglesias – jmiglesias@ubbi.com

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