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Seguir leyendo //Paula Juarez, coordinadora nacional de la Red de Tecnologías para la Inclusión Social Argentina e investigadora del Instituto de Estudios sobre la Ciencia y Tecnología de la Universidad de Quilmes, propone fomentar el conocimiento científico y tecnológico para resolver problemas ambientales y sociales.
(Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Articular los conocimientos de diversos actores de la sociedad, incluyendo la de los científicos, para profundizar la inclusión social es el objetivo de la Red de Tecnologías para la Inclusión Social Argentina (REDTISA). Así lo sostiene en entrevista con la Agencia CyTA su coordinadora ejecutiva, Paula Juarez: una licenciada en relaciones internacionales graduada en la Universidad Católica de Córdoba en 2006, que está cursando su doctorado en ciencias sociales en la UBA y es investigadora en el Instituto de Estudios sobre la Ciencia y la Tecnología (IESCT) de la Universidad Nacional de Quilmes.
¿Cómo nace el proyecto de REDTISA?
Es producto de un proceso de trabajo conjunto entre las organizaciones impulsoras que se formalizó como una red en junio del año 2011 y que actualmente se encuentran en la tarea de ampliarla. El objetivo principal es coordinar y articular acciones de distintas organizaciones e instituciones públicas y privadas (como universidades, ONGs, cooperativas de trabajo, etcétera) para que, a partir del intercambio de saberes comunitarios y los conocimientos científicos y tecnológicos, se puedan generar un conjunto de insumos y recomendaciones de política pública de desarrollo inclusivo y sustentable.
¿Por qué proponen repensar el rol de la tecnología?
Porque toda tecnología es social como toda sociedad es tecnológica. En este sentido, distintas opciones tecnológicas implican diferentes opciones políticas (y viceversa), y estabilizan procesos de inclusión o exclusión social.
¿Podría describir algunos ejemplos concretos?
Por ejemplo, el sistema agroindustrial sojero o el modelo agroecológico no son sólo formas de producir: son también formas particulares y distintas de distribución de poder y de la renta. Empoderan a ciertos actores, viabilizan condiciones de posibilidad de intereses que entran en pugna con otros, y restringen o democratizan el acceso al conocimiento científico y tecnológico, entre otras cuestiones. No son solo formas de producir, son modelos de desarrollo que no necesariamente despliega procesos de inclusión social.
Ustedes hablan de “tecnologías para la inclusión social” (TIS). ¿Podría referirse al respecto como contrapartida del supuesto concepto de la “neutralidad” de la ciencia y de la tecnología?
Nosotros proponemos dos cosas. Por un lado, “deconstruir” la visión neutral y lineal sobre los procesos de innovación y desarrollo tecnológico para comprender el papel político de la tecnología; y por otro lado, impulsar un debate público en torno al tipo de base material que necesitamos para la sociedad que queremos construir. En principio, le llamamos a esta propuesta en construcción “tecnologías para la inclusión social” (TIS), un término que alude a formas de diseñar, desarrollar, implementar y gestionar tecnologías orientadas a resolver problemas sociales y ambientales, generando dinámicas sociales y económicas de inclusión social y de desarrollo sustentable.
¿REDTISA trata de unir mundos que suelen considerarse separados?
Ni las instituciones públicas de ciencia y tecnología, ni las políticas públicas, ni la ciudadanía pueden ser ajenas al rol de las tecnologías en los procesos de cambio social y de desarrollo. Entender la tecnología como política requiere democratizar la toma de decisiones de ciencia y tecnología.
Proyecto en marcha
Conformada como red el año pasado, REDTISA es apoyada e impulsada por el Instituto de Estudios sobre la Ciencia y Tecnología (IESCT) de la Universidad Nacional de Quilmes, la Fundación Plurales, la Cooperativa ICECOOP Ltda., el Movimiento Agua y Juventud Argentina, la FADU-UBA, el Programa Consejo de la Demanda de Actores Sociales del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, el Programa Nacional ProHUERTA del INTA y algunos programas del INTI. Sus tareas incluyen la capacitación de formadores y la formulación, implementación, gestión y evaluación de proyectos de tecnologías para la inclusión social.
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