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Seguir leyendo //Columna de Opinión – Por Silvina Moschini* (foto)- Imaginemos esta situación: un periodista está sentado en la redacción de un diario. Hace segundos terminó una llamada telefónica, una fuente le acaba de facilitar un dato que podría ser la nota de tapa del día siguiente. Automáticamente evalúa el valor de la información, se pregunta sobre la credibilidad de la fuente, consulta con su jefe de redacción y analiza la posibilidad de que los diarios de la competencia publiquen la misma noticia en su edición del día siguiente. Esta estructura de trabajo del periodismo clásico era la habitual hasta hace un par de años. Hoy, con la abrupta explosión de los medios sociales y la posibilidad de dispersar información de forma inmediata en tiempo real, el rol del periodista ha cambiado rotundamente.
El periodismo siempre fue un trabajo colaborativo, un resultado del contacto entre el reportero y las fuentes de información. Pero además, la prensa siempre estuvo ubicada en un lugar de innegable poder: ella decidía las noticias que iba a difundir, los hechos que la comunidad necesitaba conocer. Esa realidad está cambiando de manera notoria. La posibilidad de acceder a información en primera mano a través de plataformas como Twitter y Facebook, sin la intermediación de los medios de comunicación tradicionales, pone a la prensa ante un fuerte desafío. Los periodistas han dejado de ser los dueños de la información, que ahora fluye de manera más acelerada y se origina en las fuentes más diversas.
Ejemplos de este fenómeno se pueden encontrar de forma cotidiana. Sólo basta mencionar la reciente catástrofe en Japón: se calcula que durante la tarde del terremoto, los usuarios subieron a YouTube más de nueve mil videos con imágenes de los hechos. Se han multiplicado entonces las fuentes desde las que se difunde información, se han acelerado los procesos de comunicación, y es posible acceder a un caudal de datos que posee un volumen inédito hasta el momento.
Las herramientas de sociabilidad online dan a los usuarios la posibilidad de transformarse en transmisores de información, les permiten publicar y compartir sus experiencias en una escala nunca antes alcanzada. Los medios de prensa deben reconocer este desafío e involucrarse de manera eficaz con las comunidades web, aprovechando la posibilidad única de acceder a datos de manera instantánea y de primera mano.
Por supuesto, esto implica un cambio fuerte en el paradigma del quehacer periodístico. El periodista ya no es el que decide qué es una noticia y cómo debe cubrirla. Las redes sociales obligan a trasladar una buena parte del poder editorial a la propia comunidad. Y los medios deben reconocer ese potencial y aprovecharlo para mejorar la calidad de sus contenidos. Al fin de cuentas, qué mejor que la palabra directa de un protagonista para entender los hechos que están aconteciendo.
¿Esto quiere decir que el periodismo en la era de las redes sociales tenderá a desaparecer? Definitivamente no. Los profesionales de la prensa deberán, sin lugar a dudas, sumar nuevas competencias. No solo tienen la obligación de manejar con soltura las posibilidades de la producción multimedia. Además, deben afianzar su lazo con los usuarios, sumarse activamente a la conversación web, desarrollar las noticias en un nuevo medioambiente que exige una interacción constante con su audiencia.
Por sobre todas las cosas, un periodista en la era de la movilidad y las redes sociales debe tener la habilidad de administrar el flujo de información en tiempo real. Se encuentra con un nuevo desafío: la cantidad de datos de los que dispone es casi inabarcable y se actualiza de manera constante. Debe tener entonces la capacidad profesional de lidiar con ese enorme caudal de información, identificar las cuestiones relevantes, verificar la validez de las fuentes, y tener el conocimiento suficiente para contextualizar cada situación. Debe tener conciencia, hoy más que nunca, de que el centro de su trabajo está en la audiencia. Y que la audiencia no es un sujeto pasivo que recibe la información sentada cómodamente en el living de su casa, sino que se trata de un colectivo que puede participar activamente en la producción de la noticia.
* Silvina Moschini, CEO & Founder Intuic | The Social Media Agency
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