Aviones AWACS con radares argentinos

Los aviones de control y vigilancia aérea (AWACS por sus siglas en inglés: Airborne Early Warning and Control) tienen la misión de transportar un radar a gran altura. De ese modo un estado puede distinguir a cientos de kilómetros, entre aviones amigos u hostiles.

Los brasileños los tienen (con aviones propios y radares ajenos), los suecos también, ¿y por qué no nosotros, que tenemos lo principal, el radar SAR? Los aviones de vigilancia aérea tipo AWACS pueden adquirir, identificar y discernir miles de objetos aéreos, terrestres y marítimos simultáneamente.

Es obvio que si los radares alcanzaran para resolver el problema del narcotráfico, Estados Unidos, el país más radarizado del mundo, no sería ni por asomo también el principal mercado de drogas del mundo. Los problemas sociales exceden lo técnico.

Pero la Argentina tiene dos interesantes problemas de fronteras: el del Nea y el del Mar Argentino, donde hay desde aguas en disputa debido al área de exclusión trazada por Inglaterra alrededor de las islas Malvinas, hasta un problema generalizado de sobrepesca que una vez por década deja a 30 o 40.000 obreros marítimos en la calle. Y es muy difícil tener una visión tan completa de panoramas tan complejos y cambiantes como los que se obtienen en aviones AWACS.

Por último, aún en un mercado caníbal como es el de la venta de radares, un país que presenta una oferta completa de equipos 2D, 3D, meteorológicos, espaciales y centros de control voladores queda instalado en otra categoría ante el resto del mundo.