Radares 3D, de uso militar argentino

Los radares 3D hacen rebotar pasivamente sus ondas de radio en todo objeto aéreo a su alcance que sea capaz de reflejarlas. Midiendo el tiempo en que tarda en recoger el eco, amén de las variaciones de frecuencia, intensidad y polarización con que éste llega, determinan el azimut, distancia, altura y velocidad del “blanco”, sin que importe si éste quiere o no aparecer en la pantalla del radarista.


 

Lo poco que se sabe sobre el 3D argentino es que el modelo mayor opera en banda L, y esa longitud de onda requiere de antenas mayores y más potentes que los radares militares de otros países, más proclives a usar bandas como la S o la X, que suponen aparatos más chicos. Sin hipótesis de conflicto inmediatas, la Argentina prefiere aparatos de despliegue más engorroso, a cambio de mayor fiabilidad con mala meteorología. Y es que la onda de radio L ve a través de las nubes y tormentas.

La experiencia nacional con banda L ya generó dos “spin offs”: los radares meteorológicos y los espaciales.